Marcial Bonilla Marín, doctor en Biofísica por la Universidad de Londres, puede explicar sin problema el teorema de Bayes o el coeficiente de correlación de Spearman, pero 17 meses después todavía no logra entender la acusación en su contra y a 30 científicos más del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que les hizo la Fiscalía General de la República (FGR) por delincuencia organizada, entre otros delitos.
Para el investigador de 72 años de edad, la FGR puso a esta treintena de académicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en el mismo nivel que a los más peligrosos narcotraficantes del país, al intentar encarcelarlos en el penal de máxima seguridad del Altiplano.
“(La acusación) fue un exceso, no logro entender", lamentó Bonilla Marín, actual investigador titular A de la División de Matemáticas Aplicadas del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt). “Ahorita estaríamos departiendo con Ovidio Guzmán, no hay proporción, mi vida ha sido dedicarme a la ciencia y de repente te dicen que eres un delincuente", exclamó.
El doctor Marcial Bonilla recordó que el infierno para él y sus colegas comenzó incluso antes de agosto de 2021 cuando el Ministerio Público de la Federación pidió a un juez federal las órdenes de aprehensión en su contra.
“Primero mandaron a una persona de la Fiscalía a verificar dónde vivía y entonces viene un sentimiento de: '¿qué pasa, por qué está ocurriendo esto?'", recordó Bonilla Marín, quien durante casi una década fue profesor investigador en la Facultad de Ciencias, Departamento de Física de la UNAM.
En ese momento, evocó el doctor Marcial, lo más difícil fue la incertidumbre de su familia: "mis hijas y mi esposa creían que en cualquier momento podía venir la policía a arrestarme".
Un mes después, en septiembre de 2021, el juez Gregorio Salazar le negó a la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada las órdenes de aprehensión, pero ni siquiera ahí terminó el calvario para los 31 científicos del Conacyt, pues durante más de un año, el Ministerio Público de la Federación se ha negado a cerrar el caso y sigue con las investigaciones en contra de los académicos.
“La Fiscalía nos ha tratado a un grupo de personas honorables, de científicos, de administradores de la ciencia, a la par, en el mismo nivel de narcotraficantes", reprochó Bonilla Marín.
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Pero las buenas noticias llegaron hace poco más de una semana para el doctor Marcial y cuatro científicos más, pues el mismo juez que rechazó girar las órdenes de aprehensión determinó absolverlos de las supuestas irregularidades en la asignación y manejo de recursos públicos cuando formaron parte de un comité técnico y de administración del Conacyt, encargado de evaluar y aprobar la entrega de fondos para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, organismo externo integrado por UNAM, UAM, Cinvestav, Academia Mexicana de Ciencias, entre otros.
“Merece un reconocimiento el juez, honesto, que seguramente recibió presiones, pero no cedió a éstas, y nuestros muy capaces abogados que nada cobraron", destacó en referencia a sus defensores legales Marco Tulio Martínez y Carlos Herce.
Para el doctor Marcial Bonilla, quien ha sido presidente del Consejo Mexicano de Estudios de Posgrado y secretario académico del Ipicyt, esta acusación no sólo lo afectó en lo personal, sino también su prestigio como académico.
“El golpe afectó el prestigio, el honor de todos nosotros. ¿Bastará una disculpa pública? ¿Eso hará que nuestro prestigio y nuestro honor se haya recuperado? Yo creo que hay una injusticia y este país, esta sociedad tiene que caminar de una manera para que en el futuro no se repita esta situación con gente inocente para tratar de seguir un propósito político llevando a la cárcel.
“Yo quisiera continuar con mi vida, quisiera que el trabajo que a mí me fascina hacer continuar haciéndolo y esto más con la cooperación de las autoridades, apoyo a la investigación, más que con acusaciones en contra del gremio", enfatizó.
cog