Dicen que el amor hacia los hijos es algo indescriptible y que la mejor forma de expresarlo es procurar que nada les falte en las diversas etapas de su vida.
Don Antonio Lucas Medina es casado, tiene 48 años de edad, originario de Pueblo Viejo, Veracruz y todos los días cruza en lancha el Río Pánuco.
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Después se dirige hacia la colonia Cascajal en donde surte su carrito tradicional para después recorrer las calles de la zona, e iniciar con la venta de paletas de hielo y así buscar el ingreso para su familia.
Esta actividad le ha servido en los últimos 15 años para llevar dinero a casa, ver por la salud, calzado, vestido, pero también la educación de sus dos hijas de 18 y 20 años.
Dijo que a pesar de las dificultades que han existido en diversos momentos han estado unidos con la esperanza de que vendrán mejores tiempos. “Gracias a Dios sí, batallando, pero he sacado adelante a mi familia.
Ahorita me siento alegre porque a mi hija de perdido ya la prepa se la di, mi otra niña también gracias a Dios ya está saliendo. Me siento contento por lo poquito que les he dado, gracias a Dios hemos salido adelante”.
Hoy se encuentra contento por lo que ha conseguido gracias a su trabajo como vendedor de paletas, un oficio tradicional que pareciera desaparecer, pero aún se mantiene vigente por algunos cuantos compañeros.
Don Antonio Lucas muy orgulloso refirió que afortunadamente sus dos hijas se han dedicado al estudio, incluso una de ellas ya le externó que buscará darle continuidad a su preparación académica, pero también se involucrará en el mundo laboral consciente de la situación económica actual.
Platicó que en ocasiones ha buscado oportunidades para trabajar temporalmente en la industria plataformera, sin embargo, su fuerte siempre ha sido la venta de paletas.
En este momento reconoció que las altas temperaturas lo obligan a mantenerse muy hidratado, realizar algunos paros momentáneos para refrescarse y evitar alguna descompensación a su salud, sin embargo, posteriormente tiene que continuar con su rutina diaria ya que en casa los gastos no esperan.
“Vengo en la mañana aquí a surtirme, me voy de aquí un rato a la laguna Carpintero, más tarde como a las cuatro me voy a la playa y voy llegando de regreso aquí a las 7 de la noche”.
Al llegar la temporada de frente frío tiene que cambiar a la venta de algodones de azúcar y manzanas preparadas. Don Antonio Lucas Medina comentó que siempre dará su mejor esfuerzo para que su familia tenga lo necesario en cualquier aspecto.
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