En México hay cuatro decesos confirmados y cinco bajo estudio por complicaciones derivadas con la viruela del mono, lo que lo ubica entre los países con mayor tasa de letalidad, aseguró Andrea González Rodríguez, directora de las Clínicas Especializadas Condesa.
“A mí me parece que la mortalidad es alta respecto al resto de los países. Es una de las más altas registradas en el mundo. No es alta proporcional al número de personas infectadas, pero esto no debe verse como una razón para no vacunar”, explicó en entrevista con MILENIO.
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En las Clínicas Especializadas Condesa se han atendido más de mil casos confirmados, de los 3 mil 362 confirmados (hasta el 29 de noviembre) por la Dirección General de Epidemiología.
De acuerdo con el Informe Técnico Semanal de Vigilancia Epidemiológica de Viruela Símica en México, la tasa de letalidad, considerando a los países de la región de las Américas, es para Cuba, de 25 por ciento; Ecuador, 0.32 (311 positivos y una muerte); México, 0.12 (3 mil 362 y cuatro decesos oficiales); Brasil 0.12 (con 9 mil 367 casos y 11 decesos) y Estados Unidos, con 0.03 (registra más de 28 mil 841 positivos y nueve decesos).
“Conozco dos de los casos que fueron pacientes nuestros y que lamentablemente fallecieron, dos hombres. Y, en ambos casos, fueron las complicaciones derivadas por los bajos niveles de defensas. Uno de los casos era una persona que había abandonado el tratamiento por un contexto de estigma y de soledad muy grande.
“Y el otro caso, una persona que no había estado nunca en tratamiento y tenía también las defensas muy bajas. Por eso digo que la respuesta debe ser integral, fortaleciendo el diagnóstico de VIH para abatir el diagnóstico tardío”, indicó.
Ambos casos, aclaró, fallecieron teniendo todas las capacidades hospitalarias disponibles en un instituto nacional, “con todos los recursos para atenderlos y con lo que no se pudo fue con esta situación de las defensas”.
Por eso, dijo, en dichas clínicas se aplican protocolos muy puntuales para la detección de la viruela del mono. “La mayoría de los pacientes vienen acompañados por un servicio comunitario o por una persona que ya tuvo viruela antes, llegan pensando que tienen un problema de viruela, si no una infección de transmisión sexual, lo que refleja, claramente, un problema de información”.
“Se revisa si tienen alguna otra infección de transmisión sexual. Hemos tenido casos de personas que no sabían que tenían VIH o que se infectaron al mismo tiempo de viruela y VIH. Han llegado personas con sífilis y en función de las condiciones del paciente, se le ofrecen los servicios. También les ofrecemos que se incorporen a un programa preventivo de VIH.
“En el caso de que sean positivos a VIH y que no puedan acudir a la toma de antirretrovirales, verificamos cómo están sus defensas para prevenir complicaciones. Si vemos que hay lesiones importantes, hay un seguimiento estrecho y una sugerencia hospitalaria a un hospital de segundo nivel con camas para MPox y un hospital de tercer nivel, el Instituto Nacional de Nutrición”, explicó.
González Rodríguez explicó que la viruela del mono es más que erupciones en la piel, causa, entre otras, “extremo dolor, afecciones en las mucosas, problemas respiratorios que requieren traqueotomía, nutrición parenteral y lesiones con necrosis que llegan a afectar alguna parte de los tejidos. La mayoría de los usuarios han cursado con infección sin complicaciones, pero si hemos tenido pacientes agravados porque tienen miedo a la discriminación”.
Por ello, es importante la capacitación constante entre el personal, en el caso de la Condesa, se recibe adiestramiento por parte del Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (Indre), al cual envían muestras dos veces al día, así como por otros institutos que ayudan a otorgar un servicio digno y profesional; un servicio amigable y comprensivo hacia quien recibe un diagnóstico de MPox.
El Indre, además, está certificando para que el Centro Médico de la Raza y el Instituto Estatal de Jalisco procesen las muestras, y está incorporando a más entidades interesadas.
¿Cómo se da el contagio?
La llamada viruela del mono se propaga a través del contacto prolongado, no ligero, con las lesiones, se tenga o no relaciones sexuales, por eso, no se puede clasificarla como una enfermedad de trasmisión sexual.
“Nosotros hemos documentado casos de contacto cercano y constante. Uno de ellos es por vía sexual. Un punto importante es que se transmite antes de que aparezcan las lesiones en la zona afectada, entonces es muy difícil de prevenir, aunque podría serlo de contar con una vacunación, la cual, esperamos suceda pronto a partir de la notificación científica que hizo el gobierno federal”, señaló.
La especialista insistió que la opinión de un grupo de expertos mexicanos que sugieren la vacuna en The Lancet abre las puertas para que México adquiera el biológico.
Sin embargo, hasta el momento, el gobierno federal no se ha manifestado y, de acuerdo con organizaciones que luchan por los derechos homosexuales, aseguraron que ya recibieron un “no rotundo” de dichas autoridades.
¿Son suficientes 21 días de aislamiento?
Andrea González Rodríguez, directora de las Clínicas Especializadas Condesa reconoció que hay pacientes que al mes siguen teniendo lesiones activas.
Y lo preocupante es que una gran parte de los usuarios requieren de mayor tiempo de incapacidad. “Hay muchos problemas para poder tener ese espacio de tiempo con incapacidades en el ámbito laboral”, remarcó.
“Cuando los pacientes carecen de seguridad social y tienen empleos informales, las corren. Buscamos ayudarlos con el diagnóstico que tienen que presentar en sus sitios de trabajo”, dijo.
En el país hay un subregistro de casos por diversas razones. Una de ellas es que gran parte de las personas con seguridad social no acuden a hacerse la prueba o no presentan su incapacidad, por miedo de que en la hoja se ponga el diagnóstico de MPox.
“Tienen miedo a la discriminación y miedo a perder el empleo por el diagnóstico. Y ahí hay un llamado importante para proteger a este sector de la discriminación”, advirtió. La mayoría de los casos ocurren entre hombres que tienen sexo con hombres, pacientes con VIH, homosexuales, bisexuales, pero hay un sector muy amplio que no acude a efectuarse la prueba.
“Es por miedo a ese estigma que hay un subregistro muy importante de casos. Y, evidentemente, se necesitan más instituciones a las que puedan acudir las personas que tienen sospechas de MPox. En nuestro caso, tenemos a la población usuaria participativa y estamos continuamente auditados por la comunidad”, explicó.
De igual manera, se debe de flexibilizar los días de incapacidad laboral conforme al estado integral y a las posibles complicaciones.
cog