Las fuerzas federales aumentaron su presencia en 18 entidades en lo que va de este año, principalmente en Guanajuato, Michoacán y Veracruz, con el objetivo de reducir la operatividad y el nivel de violencia de los cárteles, como Jalisco Nueva Generación, Sinaloa y Noreste.
La estrategia de seguridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha tenido ajustes en los últimos meses. La Federación decidió desplegar a 18 mil 28 elementos adicionales a más de la mitad del país, del primero de enero a la fecha, ante el incremento de hechos violentos y masacres, como la ocurrida en un velorio en San José de Gracia, Michoacán.
La entidad con mayor despliegue es Guanajuato, donde llegaron 3 mil 200 efectivos militares y de la Guardia Nacional. A pesar de que se ha reducido la disputa entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Santa Rosa de Lima en los últimos meses, el estado se mantiene como uno de los que registran más homicidios dolosos.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en febrero había 12 mil efectivos desplegados en el estado, pero en marzo la cifra se elevó a 14 mil 700 elementos.
Además, llegaron 500 integrantes de la Guardia. Mientras en Michoacán, entidad que tiene una “alta prioridad” para el presidente, según un funcionario castrense, arribaron 3 mil 100 soldados en el transcurso del año, principalmente a los municipios limítrofes con Jalisco.
Tienen la misión de contrarrestar a Nueva Generación en zonas que están prácticamente tomadas por este grupo de la delincuencia organizada. Además, los militares recibieron la orden de proteger a la población y actuar de manera contundente frente a los criminales.
En Veracruz más de 2 mil 600 elementos de las fuerzas federales han sido desplegados al centro y sur de la entidad. Tras la ejecución de nueve personas, cuyos cuerpos fueron abandonados en el municipio de Isla en enero, fueron enviados 2 mil efectivos. Los 600 restantes llegaron la última semana.
Al menos mil 600 efectivos federales arribaron a Sonora, Baja California y Baja California Sur. El pasado 14 de marzo, mil uniformados fueron enviados a la segunda región militar, que comprende las tres entidades. Tres días después, llegaron 400 soldados a Tijuana y este viernes otros 200. Tienen el objetivo de coadyuvar a la reducción de homicidios vinculados con el crimen organizado.
A Guerrero arribaron mil 250 militares, principalmente a los municipios de Acapulco y Chilpancingo. En los próximos días serán trasladados a los destinos turísticos, con el fin de garantizar la seguridad en las vacaciones de Semana Santa.
Quintana Roo, actualmente el principal destino turístico del país, ha sido reforzado con mil 200 elementos, principalmente en Cancún, Tulum y Playa del Carmen, donde han aumentado los enfrentamientos entre bandas de narcomenudistas.
Militares han incrementado su presencia en playas públicas del estado para garantizar la seguridad de visitantes nacionales y extranjeros. Aunado a ello, la Secretaría de Marina realiza patrullajes náuticos, ante la utilización de motos acuáticas por parte de grupos criminales tras cometer delitos.
En Nuevo León, 956 elementos del Ejército y la Guardia Nacional llegaron a Monterrey para participar en el operativo de seguridad metropolitano. Además, este domingo será inaugurado un nuevo destacamento para blindar la frontera con Tamaulipas.
Colima es otra de las entidades que más preocupa al gobierno federal en materia de seguridad. Apenas el pasado jueves llegaron 950 elementos federales para apoyar a las autoridades en actividades de contención de delincuencia.
A Tamaulipas han sido trasladados este año más de 700 soldados para prevenir una escalada de violencia, luego de la detención de líderes delincuenciales, como Juan Gerardo Treviño, El Huevo, líder del cártel del Noreste.
Zacatecas está entre las entidades con más problemas de inseguridad en los últimos meses. Por lo anterior, 519 militares de las fuerzas especiales fueron enviados al estado, después del éxodo de 2 mil pobladores de Jerez, Fresnillo, Valparaíso y Monte Escobedo por amenazas de grupos delictivos.
Tienen el fin de combatir a los grupos delictivos e instalar nuevas bases militares en las regiones afectadas para lograr el retorno de las familias desplazadas.
En Jalisco, cuna del CJNG, la Sedena envió a 500 militares ante la escalada de violencia en las zonas limítrofes con Colima y Michoacán. Formarán parte de la estrategia denominada “Fuerza de tarea conjunto México”.
A Puebla y Tlaxcala llegó la misma cifra de elementos castrenses para reforzar la seguridad y llevar a cabo operaciones contra grupos delictivos, dedicados a la trata de personas y al robo de combustible.
San Luis Potosí recibió a 400 militares para blindar la frontera con Zacatecas. La entidad es disputada por diversos cárteles, debido a que es un paso obligado para la transportación terrestre de droga, del centro y bajío, hacia el norte del país y Estados Unidos.
La Secretaría de Marina envió a Morelos 300 efectivos para fortalecer los operativos de seguridad pública en la entidad y colaborar en la detención de objetivos prioritarios.
Por otra parte, 250 efectivos castrenses arribaron a Oaxaca para reforzar la seguridad en las zonas del Istmo de Tehuantepec, costa y mixteca.
Además, el gobernador Alejandro Murat confirmó que la Marina tomará el control de la seguridad en el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
cog