Autoridades del gobierno federal, especialistas y académicos alertaron que de 2013 a la fecha el consumo de cristal en México aumentó en 500 por ciento, además de lo mortífero que resulta el consumo de fentanilo, pues es más potente que la morfina y un kilo de esta droga es suficiente para producir medio millones de dosis.
“No nada más es uno, es una familia de sustancias afines, muy activas que, son capaces de generar sobredosis, son muy baratas y están altamente disponibles… Con lo que tiene que ver con el cristal es importante comentar que esta es una sustancia que si nos ponemos a ver desde el 2013 al día de hoy se ha elevado más de 500 por ciento el consumo de cristal en nuestro país, en lugares donde nunca lo habíamos visto está presente el día de hoy”, destacó.
En el marco del foro “Consumo de fentanilo y cristal en jóvenes. Caso de la frontera norte”, organizado por la Comisión de Salud del Senado, que preside la morenista Margarita Valdez, Gady Zabicky, comisionado nacional contra las Adicciones (Conadic), dijo que de 2019 a la fecha han muerto más de 1.5 millones de personas por consumo de fentanilo y cristal en América Latina.
Además, advirtió sobre la nueva familia de sustancias psicoactivas muy peligrosas, llamadas fentanilos.
Por otra parte, Salvador Lara, director de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN), afirmó que el consumo de estas drogas es un problema grave en México.
Indicó que un estudio elaborado por la Secretaría de Hacienda refiere que en el continente americano más de 1 millón de personas de 2019 a la fecha han muerto por el consumo de estas drogas sintéticas.
“La Secretaría de Hacienda tiene un estudio en relación al uso del fentanilo y el cristal y es hablar de que del ’19 a la fecha tenemos nosotros más de millón y medio de pacientes que han fallecido, reporta 19 en el mundo, en América en este caso que es el 70 u 80 por ciento de aproximadamente 500 millones”, mencionó.
Raúl Martín del Campo Sánchez, miembro independiente de la Junta de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU y director de Planeación del Instituto Nacional de Psiquiatría, mencionó que en 2012 se tenían identificados 4 tipos de fentanilo y para 2019 eran ya 79 tipos en el mundo.
Destacó que a nivel mundial hay una lista de 150 sustancias variantes del fentanilo o precursores para fabricarlo y comentó que 1 de cada 3 nuevas drogas que circulan en el mundo son opioides sintéticos, es decir, análogos de fentanilo.
Reconoció que cualquier narcomenudista puede producir fentanilo en su casa, por lo que será una droga que sobrevivirá largo tiempo.
“Como esto es muy redituable para los cárteles, si a un cártel por ejemplo le cuesta mil dólares producir un kilo de fentanilo, le saca de ganancia millón y medio de dólares, por ejemplo, en Estados Unidos a esa inversión de mil dólares; y alertó que en la “dark web” e Internet hay un alto contrabando de fentanilo.
La especialista Silvia Cruz Martín del Campo, investigadora nivel 3 del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), recordó que el fentanilo es una droga sintética por naturaleza, cuyo proceso de elaboración puede tardar no más de 2 horas.
Señaló que el fentanilo es 100 veces más potente que la morfina. Además, un kilo de fentanilo equivale a 100 kilos de morfina y 10 kilos de heroína y un kilo de fentanilo es suficiente para producir medio millón de “dosis mortales”.
Además, aseveró que el fentanilo es de fácil transportación, no se necesitan camiones, se puede llevar en la bolsa del pantalón, lo que significa que “el fentanilo no se va a ir, es mucho mejor negocio que la heroína”.
Mencionó que su elaboración es fácil, porque la información para su procesamiento está en la literatura farmacológica que se hizo para buenos fines, es decir, para la fabricación de analgésicos.
La directora general de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) y coordinadora técnica nacional de Prevención de Adicciones, Evalinda Barrón, refirió que con datos del Observatorio de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas se reporta un crecimiento en la demanda de atención por consumo de metanfetaminas y opioides, sobrepasando en muchos estados el consumo de alcohol y tabaco.
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