Migrantes de diferentes nacionalidades que están varados en Tamaulipas, han sufrido los efectos de un frente frío que se encuentra en el norte de México.
Las condiciones de bajas temperaturas que ha dejado este frente frío, son bajas y ellos no están acostumbrados al frío intenso. A pesar de refugiarse en casas de campaña, incluso en frágiles techumbres improvisadas con lonas, pasaron una mala noche en la que les fue imposible dormir.
Más de 500 migrantes de origen centroamericano, haitiano, venezolano, ecuatoriano, peruano, incluso migrantes desplazados de estados del sur de México, como Chiapas, llegaron a la frontera de Tamaulipas, desafortunadamente los albergues están saturados y se ven en la necesidad de dormir en las calles.
La mayoría de ellos han decidido instalarse a unos metros del Puente Internacional Gateway, conocido como Puente Nuevo, a un costado del bordo del Río Bravo, justo donde a inicios del año 2019, se creó el campamento de migrantes centroamericanos que, recordemos, fue desmantelado y clausurado en febrero del 2021.
Los migrantes expresaron que urge se les brinde albergue, pues muchos de ellos viajan en familia, con menores o mujeres embarazadas, además, señalaron que a lo largo de la noche y madrugada, tuvieon visitas de la ciudadanía, quienes visitados por matamorenses que por iniciativa personal decidieron llevarles cobijas, ropa invernal y comida y bebidas calientes para aminorar el frío.
“La verdad el frío es bastante fuerte, no hemos dormido pues el aire se traspasa por la carpa. No estamos acostumbrados a este frío y pues hay muchos niños pequeños, ojalá la autoridad se pronunciara y nos brindara su apoyo sobre todo a lo niños”, expresó un migrante de origen venezolano.
Un grupo de migrantes acampó cerca del cruce internacional y un segundo grupo decidió moverse a la Casa del Migrante San Juan Diego, localizada en la periferia de la ciudad, a una media hora aproximadamente del Bordo del Río Bravo en donde también tuvieron que dormir en la calle, pues el refugio no tiene espacio para las personas.
Los migrantes tienen semanas, incluso meses en territorio mexicano, y sólo se han movido de frontera en busca de la posibilidad de ingresar de manera legal a los Estados Unidos; la mayoría son haitianos y venezolanos, en el caso de los venezolanos, quienes abandonaron su país debido a la inestable economía y a los conflictos políticos, están a la espera de que las normas migratorias los favorezcan pues después del decreto migratorio -Título 42-, que estableció que se deportaría a todo migrante venezolano detenido en frontera terrestre, limitó las probabilidades de cumplir su sueño americano, empiezan a perder las esperanzas.
“Nosotros hemos llegado hasta aquí después de recorrer varios países, de enfrentar una serie de situaciones, desde dormir a la intemperie, no comer, correr riesgos por la inseguridad (...) Nada es seguro para nosotros, yo llegué hasta aquí y pues si ya no puedo cruzar al menos pido me ayuden a regresar a mi país”, comentó un migrante venezolano.
Las crisis económica y política son los detonantes de la migración en Venezuela.
“Yo y varios de mis acompañantes en este viaje, que ha durado un mes desde que salimos de nuestro país, hasta ahora que estamos aquí en la frontera con Estados Unidos, vivíamos en un sector rural, pero no hay buenos sueldos, a pesar de que muchos somos personas preparas, ingenieros agrónomos, ingenieros informáticos y muchas otras profesiones, pues los sueldos por mes son de $40 dólares, que vendrían siendo $800 pesos mexicanos”.
Con gran decepción, un migrante de origen hondureño, señaló que sólo aquellos que cuentan con el recurso económico son incluidos en las listas para dar seguimiento a sus peticiones de asilo político.
“Aquí la autoridad sólo le da paso a los que traen dinero, y los que no pues no nos incluyen en listas de espera”.
Víctimas de abuso; "los policías nos roban"
Durante su trayecto de la frontera sur de México, hasta la frontera con Estados Unidos, los migrantes han sido víctimas de abuso por parte de los agentes de seguridad, según sus declaraciones.
“Pues la verdad sí tenemos miedo porque los policías azules nos paran, nos golpean y nos quitan el poquito dinero que traemos (...) Quisiéramos trabajar porque ya se nos acabó lo que traíamos, pues en cada lugar que llegamos es el mismo problema: los policías nos roban”.
Hasta la tarde del jueves 17 de noviembre, los migrantes señalaron que ninguna autoridad se ha acercado para ofrecerles trasladados a un lugar seguro.