Los narcotraficantes colombianos, encontraron en los semisumergibles y en la lancha rápida semisumergibles, la manera más fácil, menos costosa y más segura de traficar cocaína a casi cualquier parte del mundo.
Cuando los cárteles mexicanos exigieron a los traficantes colombianos un mayor volumen de cocaína para abastecer el consumo despiadado en Estados Unidos, los criminales sudamericanos contrataron a un par de ingenieros rusos para la confección del primer semisumergible.
En 2005, la Armada de Colombia incautó el primero en las playas del puerto de Tumaco, una zona limítrofe con Ecuador, en el mar del Pacífico.
Pesaba 300 kilogramos, y medía 7 metros. Fue construido con acero, y tenía una capacidad de carga de una tonelada; no contaba con motor para su propulsión por lo que era remolcado con la ayuda de una cuerda amarrada a una lancha.
Contaba con un aditamento GPS, por si en algún momento del viaje se requería abandonar la carga para evitar ser descubiertos por la policía, poder ubicar el narcosubmarino para recuperar la droga y continuar con el viaje.
Tras ser descubiertos, los criminales tuvieron que modificar su actuar: encontraron en las lanchas rápidas otra opción para llevar droga a México y a países de Centroamérica.
Las embarcaciones fueron modificadas con un doble fondo, podían llevar hasta dos toneladas de cocaína.
Así comenzó el juego del gato y el ratón. A mediados del 2009 las autoridades colombianas dieron un fuerte golpe a las estructuras criminales.
Cerca del puerto de Buenaventura, incautaron el primer narcosubmarino semisumergible de gran capacidad.
Medía 23 metros de largo, 3 metros de alto y 3.5 metros de ancho. Podía soportar una carga de hasta 7 toneladas de cocaína, con una tripulación de cuatro personas.
Para mover estos monstruos del narco se requerían al menos cuatro motores fuera de borda, pero surgió un problema porque en más de alguna ocasión todos los motores fallaron, la carga se perdió y la tripulación falleció a la deriva en el mar.
Actualmente los delincuentes transformaron nuevamente su forma de operar. Con el fin de no perder la carga regresaron a las lanchas rápidas.
Fueron modificadas en semisumergibles, pero ahora solo llevan máximo 2 toneladas, es decir, sacrificaron capacidad por velocidad, y así evitaron fallas en los motores y perder la carga.
Gracias a las lanchas rápidas un cargamento de cocaína que sale del puerto de Tumaco o del puerto de Buenaventura, llega a México en máximo 20 días, tras recorrer 2,200 millas náuticas, alrededor de 3 mil 504.57 kilómetros.
Para el tráfico de clorhidrato de cocaína existen tres grandes autopistas:
La primera inicia en Cartagena, en el caribe colombiano, y tiene como destino Cancún, Quintana Roo, en el caribe mexicano; los grupos criminales que operan estas rutas son: el Cártel del Golfo y el Clan del Golfo.
Las otras dos arrancan en Buenaventura o Tumaco, y concluyen en las costas de Oaxaca, Jalisco e incluso en Sinaloa.
Detrás del mercado de la cocaína está la organización paramilitar la segunda marquetalia, conformada por disidentes de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero también acaparan el mercado la subestructura Pacífico y el cártel local Buenaventura, todos aliados del Cártel Jalisco y el Cártel de Sinaloa.
"Se han tenido algunas informaciones de unos vínculos indirectos de organizaciones del narcotráfico con cárteles colombianos; estamos hablando del Cártel Jalisco Nueva Generación, ellos de alguna manera indirecta envían emisarios a Colombia, esos emisarios están encargados de prácticamente desarrollar la comercialización o hacer el acuerdo para esa compra de la droga y al mismo tiempo de supervisar el envió de esas drogas", comentó el Capitán de Fragata Cristian Andrés Guzmán, Comandante de la Acción de tarea contra narcotráfico.
Las autoridades han identificado 13 puntos donde se construyen narrcosumarinos. Los criminales se ocultan en zonas de manglares.
Las zonas son: Tumaco, Salahonda, San Ignacio, Barrera, Mulatos, Timbiquí, Saija, Micay, Ají, Ajícito, Cajambre.
"Este es el ambiente donde normalmente nosotros encontramos semisumergibles. Es el ambiente propició que utilizan las organizaciones criminales trasnacionales dedicadas al narcotráfico porque les permite la clandestinidad", señaló el teniente coronel del Cuerpo de la Armada de Infantería, Faiber Alfredo Osorio.
La construcción de un narcosubmarino o semisumergible toma alrededor de 20 días. La tripulación recibe un pago por medio de 18 mil pesos mexicanos por viaje.
Explicó el teniente coronel del Cuerpo de la Armada de Infantería, Faiber Alfredo Osorio: "No es mucho el pago, sin embargo, ante las necesidades sociales que se tienen mucha gente ve una oportunidad en la criminalidad y creen que es una buena oportunidad".
El semisumergible y el narco submarino tienen un precio de fabricación que ronda los 300 millones de pesos colombianos, equivalente a 11 mil 595 pesos mexicanos el más barato y 17 millones de pesos colombianos el más caro, lo que es igual a 65 mil 709 pesos mexicanos. Estos montos tan bajos son consecuencia de la devaluación del peso colombiano ante el peso mexicano.
Los nexos entre los criminales mexicanos y colombianos encendieron los focos rojos en el país sudamericano, porque las organizaciones paramilitares están recibiendo de los cárteles mexicanos como pago por la cocaína armas de fuego de grueso calibre, lo que le da más poder de fuego a estos criminales para enfrentarse con la armada, el ejército y la policía.
"Una parte puede ser en contraprestación con armas que digámoslo así hagan esa transacción drogas por armas y otra parte es en el tema de blanqueamiento de capitales y divisas que es muy común", aseguró el Capitán de Fragata Cristian Andrés Guzmán, comandante de la Acción de tarea contra narcotráfico.
La lucha que libran las autoridades colombianas y mexicanas para controlar el tráfico de cocaína ha rendido frutos. En 2022, la Armada de ese país incautó más de 100 toneladas de clorhidrato de cocaína, en su mayoría con destino a México, aseguró el Capitán de Fragata Cristian Andrés Guzmán, comandante de la Acción de tarea contra narcotráfico de Colombia.
"Tenemos para el año 2022 unos esfuerzos importantes de la armada nacional además de 161 toneladas de cocaína incautadas solamente en lo que estamos hablando de Costa pacífica y más de 53 toneladas de marihuana. Estas importantes incautaciones nos han llevado a tener una afectación de más de 5.8 billones de dólares a las organizaciones del narcotráfico, este dinero es un caldo de cultivo para todo lo que es la delincuencia".
cog