Durante casi siete años, una familia que profesa la religión judía ha sufrido discriminación de todo tipo, por pensar diferente a los demás y por vestirse como no lo hace el resto de la sociedad; las humillaciones y agresiones han llegado a tal grado, que incluso les desean la muerte con frases como "son unos malditos judíos y ojalá Hittler los hubiera acabado o matado a todos", además de ello les aventaban piedras a su vivienda y la madre de familia era considerada por sus vecinos como una bruja o “musulmana terrorista” que en cualquier momento podría explotarse con bombas, y todo por el tipo de culto que realizaba los días sábados, confesó Guadalupe López Bautista.
El hijo fue expulsado de una institución educativa por usar vestimenta judía
Todo empezó en 2016 cuando el joven Uriel Isaac Román López, de entonces 12 años de edad, fue expulsado de la escuela secundaria técnica número 2, por usar su y el TZITZIT, el primero de ellos es una especie de gorrito que usan los varones judíos y la segunda es una prenda que se usa con 4 tiras largas que representan los flecos del talit y es el recordatorio de los mandamientos de Dios.
El entonces director de la secundaria técnica 2, no permitía el uso de estas prendas para mantener el orden en la vestimenta oficial de la institución, aunque aceptó el pago de inscripción por concepto de colegiatura y también la cuota del comité de padres de familia, pero poco después expulsaron al joven, privando al pequeño judío de su derecho a estudiar.
"El tzitzit se mete directamente haciendo una oración, por debajo de la camisa o playera, yo llevaba todo en regla, o sea, el corte bajo, bien peinado y todo lo que pedían" explicó Uriel Isaac a MILENIO.
Después de la expulsión, Uriel tuvo que terminar la secundaria en el instituto de educación para los adultos en Tuxtepec, Oaxaca, pero debido al desplazamiento forzado tuvo que terminar la preparatoria y universidad en el norte del país, donde actualmente estudia diseño gráfico.
El padre de familia fue obligada a vender su plaza laboral por que el ayuntamiento de Tuxtepec no le permitió guardar "el día sagrado" de los judíos
Don Antonio Román González recordó cómo en marzo del 2016, fue obligado a vender la tan cotizada plaza laboral que tenía en el sindicato al servicio del ayuntamiento de Tuxtepec, porque el director del área de agua potable en la era del priísta y entonces presidente de Tuxtepec, Antonio Sacre Rangel, no le permitía "guardar el día sagrado para los judíos", que es el sábado, a pesar de que proponía intercambiar el "Shabat" por el domingo.
"Tuve que vender la plaza", en ese entonces, don "Toño" era la persona encargada de bombear agua potable en algunos pozos de la ciudad de Tuxtepec y después de eso tuvo que irse de su ciudad al no ser aceptado en ningún centro de trabajo, debido a sus creencias religiosas.
Pero antes de la salida de toda su familia, fue encarcelado por denunciar una irregularidad en el manejo de los recursos económicos del sindicato democrático "desafortunadamente descubrí un fraude en los últimos días que estuve ahí, por parte de la que en ese entonces era la secretaria general, Elsa Lagunes Santiago, era dijo, un fraude mínimo, de 5 mil pesos, lo exhibí en la siguiente asamblea que tuvimos, todo eso va quedando registrado en unas actas de asamblea, que ahí se va escribiendo todo, pero en ese tiempo los compañeros lejos de apoyarme o buscar alguna otra solución, ellos optaron por apoyarla a ella y dijeron que no habría problema, que luego lo pagara.
"Eso me puso en evidencia con la secretaria general, a pocos días, ella interpuso una demanda en el juzgado tercero de lo penal, y a los 8 días fueron los judiciales al ayuntamiento con una orden de aprehensión y sin derecho a nada me dijeron que estaba yo detenido y me llevaron directamente al reclusorio, estuve 4 meses con 20 días preso en el reclusorio de ahí de Tuxtepec".
Agresiones a la madre de familia; la consideraban bruja o musulmana que los atacaría con bombas
"Ellos decían que yo era Musulmana, y que adentro de mi domicilio yo hacía bombas, y explotaba a la gente, independiente que decían que yo era rata, bruja, fueron a echar sapos muertos al domicilio" dijo entre lágrimas, Guadalupe López Bautista.
Por usar falda hasta la rodilla, blusas hasta "las muñecas" para tapar el codo, y nunca dejar al descubierto su pecho, ni usar pantalones, además de vestir parojet, que es una especie de pañuelo o velo que usan las mujeres judías casadas; la señora fue discriminada "a mis vecinos les incomoda la religión que yo profeso, porque siempre me han insultado y me hicieron burla de mi vestimenta, que tengo cáncer, que tengo una ropa ridícula y muchas burlas, palabras muy obscenas".
Además, por el hecho de cantar sus alabanzas los días sábado, fue golpeada en su casa provocándole una fractura en un dedo de la mano izquierda.
"Salgo a tirar la basura el 23 de septiembre a las 7:15 de la mañana, ya me están esperando mis vecinos, salgo y regreso, y ya me están esperando mis vecinas, porque les afecta y molesta la vestimenta, como me visto, lo que profeso y porque los sábados yo tengo que exaltar el nombre de dios, cantar y leer mi biblia, eso a ellos les afecta y molesta; que yo esté con mis alabanzas, y a pesar de que ellos me apedrearon, me insultaron y me agredieron, de mis labios no ha salido un solo insulto, y con tanta agresión decido ir el 14 de abril a la fiscalía".
El 14 de abril del 2021, ella intentó conciliar con sus vecinos a través de la vice fiscalía regional de justicia en la Cuenca del Papaloapan, sin embargo y a pesar de que se firmó un convenio de no agresión, los actos de burla, discriminación y agresiones no cesaron, pues incluso se cometieron otros delitos contra su familia, como el robo de artículos “yo lo único que quiero es que me devuelvan todo lo que me han robado, se metieron a mi domicilio, se llevaron la manguera de la jardinería, rastrillo, un líquido fertilizante, la antena del internet fue saqueada y robada de aquí, cuando mi hijo estaba presentando sus tareas por internet, no pudo presentar sus tareas”.
Todo lo anterior quedó asentado en el expediente número 14041/FCUE/TUXTEPEC/202, del cual no se han tenido avances, refirió la señora Guadalupe.
El señor Antonio explicó cómo "en cualquier hora del día o de la noche ellos aventaban cohetes, muchas pedradas, tiraban sapos, ranas muertas y se oía que en la madrugada sobre todo iban personas a realizar hechicería".
Desplazamiento forzado, la familia lo dejo todo y se fueron al norte del país
"Me tuve que venir hasta acá, (el norte del país) porque realmente estoy aterrada, porque a la primera de mis agresoras la apoyan 5 regidores del ayuntamiento... Tristemente, los vecinos ya me agredían con machetes, por eso tuve que retirarme de Tuxtepec, Oaxaca, porque ellos se ponían más agresivos, yo llamaba a la patrulla y s{i venían, pero me decían que no podían hacer nada con los agresores porque ya se habían metido a su domicilios, entonces opté por salirme de ahí, no vaya a ser que al rato realmente cumplan su objetivo, y amanezca yo muerta por ahí" aseveró la señora Guadalupe.
"Acá donde yo vivo estoy tomando terapia para poder superar las agresiones, amenazas y me cuesta mucho trabajo hablarlas, me pongo vulnerable y se me quiebra la voz, salí huyendo a las 12 de la noche en taxi, y estoy frustrada, porque busqué el apoyo del presidente Irineo Molina y no me contestó la llamada; la fiscalía no hacía nada, me vi muy vulnerable y tuve que salir huyendo de ahí, hablar de ese caso se me hizo muy traumático, me ha costado trabajo levantarme, superarlo" añadió.
Asimismo, la madre de familia confesó que sus presuntos victimarios le advirtieron "que si yo no me calmaba me iban a meter a la cárcel o me iban a matar y realmente sí les creo, dentro de mi fe estoy en terapia, estoy recuperando el aliento (...) No creo poder con ellos, porque en este mundo se mueven las influencias y yo no las tengo (...) Yo me tuve que salir por mi vida y la vida de mi hijo, porque yo no podía salir, ya nos era más difícil salir y que íbamos a comer sino salíamos".
Don Antonio, expuso por su parte que "ahorita me encuentro en el norte del país, no hay condiciones de regresar a Tuxtepec, platico mucho con mi esposa y no tenemos seguridad, no nos sentimos seguros allá, nos sentimos amenazados, perseguidos, la gente nos agrede y para guardar a mi familia y que ellos estén más seguros yo decidí traerlos acá", en un lugar desconocido para ellos donde al menos, pueden caminar sin sentirse amenazados o señalados.
cog