Un examen toxicológico realizado al obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza reveló sustancias como cocaína y benzodiacepinas en su cuerpo, esto luego de sufrir un supuesto secuestro en Morelos.
El examen médico practicado a Monseñor Rangel, derivó de la atención de emergencia al que fue sometido luego de su ingreso al hospital José G. Parres, y a donde llegó en una ambulancia de la Cruz Roja, para ser atendido inicialmente en el hotel del Real Ocotepec, hasta donde el personal médico entró por él tras el llamado de emergencia de una mujer.
A más de 72 horas de ser localizado, el obispo emérito continúa bajo observación médica y con visitas restringidas.
Su abogado, Pedro Martínez Bello dijo a MILENIO que su cliente había sufrido un secuestro exprés, que le habían robado su camioneta y extraído dinero de sus cuentas, y así también lo confirmó la Fiscalía General del estado de Morelos (FGE). El abogado agregaría también que el prelado había sido drogado y que no podía declarar y así se ha mantenido hasta este miércoles.
¿Qué pasó con el obispo Salvador Rangel?
Este miércoles, el gobernador interino de Morelos, Samuel Sotelo Salgado, afirmó que la administración estatal no tiene un solo dato concreto para asegurar que el episodio por el que pasó el obispo Rangel Mendoza se trate de un "secuestro exprés".
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El obispo desapareció el sábado 27 de abril por la noche, luego de acudir a un restaurante llamado Pizzetas Tradicionales, ubicada en el municipio de Emiliano Zapata, y no volvió a saberse de él hasta el lunes que se confirmó que estaba en el hospital público desde el domingo.
Según el reporte, Rangel estaba "en el establecimiento público, con deterioro neurológico a despensas de estupor, sin pertenencias y con un blíster de dos pastillas de sildenafil", lo que obligó a su traslado e internamiento, primero al hospital general de Cuernavaca y luego -una vez que fue localizado e identificado el lunes pasado- a un hospital particular en Cuernavaca.
El nombre del obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza, tomó fuerza cuando dialogó con integrantes del crimen organizado en Guerrero, para disminuir la violencia en la zona.
Para frenar los ataques que cobraron vidas, Salvador Rangel Mendoza se comunicó con los jefes de las bandas del narcotráfico, esto luego de asumir como obispo en 2015.
KGA