Los gatos han sido domesticados a lo largo de miles de años debido a su utilidad para los humanos en el control de plagas, como compañeros de vida y por su naturaleza independiente que se adapta bien a la convivencia en hogares.
Su tamaño moderado y su capacidad para cazar roedores los convirtieron en aliados valiosos para los agricultores y las comunidades humanas antiguas. Además, su naturaleza cariñosa y su capacidad para formar lazos con los humanos también han contribuido a su popularidad como mascotas domésticas.
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Sin embargo, un aspecto que los diferencia de los perros es que no se recomienda sacarlos a pasear, de acuerdo al gobierno de Guadalajara.
¿Por qué no debo sacar a mi gato a pasear?
No es recomendable sacar a pasear a los gatitos, ya que es más seguro que estén dentro de casa porque en la calle se exponen a ciertos peligros y enfermedades, así como incrementar el número de gatos abandonados por gestaciones no deseadas, en caso de no estar esterilizado.
El gobierno de Guadalajara invita a la ciudadanía a ser responsables y no sacar a los gatos a pasear por las siguientes razones.
• Un gato que se queda en casa tiene esperanza de vida promedio de 15 a 17 años.
• En la calle podrían sufrir ataques de perros y otras especies.
• Pueden estar expuestos a parásitos.
• Los pueden atropellar.
• Podrían comer alimentos envenenados.
• Causaría un desequilibro en el ecosistema al ser depredadores de otras especies.
Debido a su naturaleza solitaria y territorial, llevar a los gatos domésticos a pasear por la calle puede ser estresante para ellos. Al encontrarse con otros gatos desconocidos y carecer de sus propias marcas de olor reconfortantes, es probable que se asusten y busquen escapar.
Al igual que con otros seres vivos, salir de su entorno familiar puede generar estrés o nerviosismo en los gatos, ya que no ven a otros gatos como compañeros para socializar como lo hacen los perros, sino como invasores potenciales, lo que puede provocar tensiones jerárquicas entre ellos.
A pesar del deseo de pasear al gato como se haría con un perro, en realidad nunca se podrá lograr. Esto se debe, en primer lugar, a que los gatos nunca alcanzarán el nivel de seguridad y confianza necesario para caminar a nuestro lado o para ser liberados de la correa sin escaparse.
En segundo lugar, los gatos no comparten las mismas necesidades que los perros: mientras que los perros anhelan salir a pasear diariamente para socializar y hacer sus necesidades, los gatos no dependen de ello, ya que utilizan su arenero en casa y no necesitan socializar con otros animales con la misma frecuencia que los perros.
AA