De un día para otro, María Guadalupe desapareció sin dejar rastro alguno de su domicilio en la colonia Pitágoras de la alcaldía Álvaro Obregón, durante casi siete años sus familiares la buscaron desesperadamente, sin imaginar que la mujer se encontraba más cerca de los que ellos imaginaban.
“No, no esperaba encontrarla en las condiciones en las que la encontré teníamos una esperanza de que estuviera viva, de que la encontráramos con vida”, comentó la hermana de Guadalupe.
Tras la desaparición de la mujer, su esposo dijo que lo había abandonado y que decidió marcharse dejándolo a él y a sus pequeñas hijas, sin embargo, esta versión estaba totalmente alejada de lo que realmente había sucedido.
Sus familiares hicieron marchas y manifestaciones para encontrarla, pero no tuvieron éxito.
“No se le desea esto nadie en verdad que no, ella era muy muy alegre, convivíamos, era una persona que quería mucho a sus niñas”, añadió su hermana.
Casi siete años después, los restos de María Guadalupe fueron localizados enterrados en un punto de su propia casa.
Fue gracias a que una mujer solicitó la construcción de un baño en este predio que se excavo la tierra y se hizo el hallazgo de restos óseos, los cuales se presumen corresponden a los de la una mujer desaparecida desde el 2015 y a quién han buscado por todos lados.
“Fueron seis años y medio, la verdad que todos los días fueron de angustia de estar pensando en ella, dónde está sí está bien y pues ya supimos, la verdad no, no merecía eso mi hermana, no se merecía esa muerte la verdad”, exclamó.
Así intentaron cubrir el asesinato de una madre de familia con cal, disimular la descomposición del cuerpo que aún conservaba algunas prendas que el tiempo no pudo borrar.
El lugar quedó bajo resguardo de las autoridades. La evidencia es el cuarto al final de la casa y a un costado de la barranca de Tarango, mientras se llevan a cabo las investigaciones para la plena identificación de los restos de María, quien actualmente tendría 46 años.
PGG