Luego de que presuntamente golpeara en repetidas ocasiones a su esposa, un hombre fue detenido en la colonia Obrera por elementos de la Policía de Monterrey.
La detención de Jesús Guadalupe P., de 31 años de edad, se registró a las 07:15 horas en el cruce de las calles Vicente Suárez y Espinoza.
Elementos de la Policía de Monterrey que realizaban un recorrido por el sector cuando una mujer les solicitó se aproximaron con ella, ya que su pareja la acababa de golpear.
La mujer les explicó que continuamente tiene discusiones, pero esta ocasión el hombre, la empezó a estrujar y después la golpeó en varias ocasiones, tirándola al piso, solicitando su detención.
El hombre fue trasladado a las instalaciones de la Policía de Monterrey, donde quedó a disposición del Ministerio Público.
¿Qué implica la violencia doméstica?
La violencia doméstica se refiere a un patrón de comportamiento abusivo utilizado por una persona en una relación íntima para obtener y mantener el control sobre su pareja. Este tipo de violencia puede ocurrir entre parejas casadas y no casadas, entre personas del mismo sexo o del sexo opuesto, y puede afectar a personas de cualquier edad, raza, religión u origen étnico.
La violencia doméstica no se limita a la violencia física; también puede incluir violencia emocional, psicológica, sexual y económica. Algunos de los elementos más comunes de la violencia doméstica incluyen:
Violencia física: Incluye golpes, patadas, puñetazos, estrangulamiento y cualquier acción que cause daño físico a la víctima.
Violencia emocional o psicológica: Implica el uso de tácticas para socavar la autoestima y el bienestar emocional de la víctima, como la intimidación, la humillación, la manipulación y el control excesivo.
Violencia sexual: Incluye forzar a la pareja a participar en actos sexuales sin su consentimiento, comportamientos sexualmente coercitivos o cualquier forma de abuso sexual.
Acoso: Se refiere a conductas persistentes y no deseadas que causan malestar emocional o físico a la víctima, como llamadas telefónicas constantes, mensajes amenazadores o seguimiento.
Aislamiento: El agresor puede intentar aislar a la víctima de amigos y familiares, limitando su acceso a otros sistemas de apoyo.
Control económico: Implica el control del acceso a recursos financieros, como el dinero y las cuentas bancarias, con el objetivo de mantener a la víctima dependiente económicamente.
Amenazas y coerción: El agresor puede utilizar amenazas verbales o físicas para controlar y manipular a la víctima, obligándola a hacer cosas en contra de su voluntad.
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