Pasado el mediodía, y ante las bajas temperaturas, unos jóvenes hicieron una fogata para mitigar el frío en la diagonal de Padre Roberto Infante y Luis Mora, sin embargo, el viento hizo que el fuego alcanzara la “casita” de plástico en que vivía doña Carmen y su esposo, por lo que perdió todo.
Ella se quedó solo con sus dedos de las manos negros por el tizne y quemados por el intento de rescatar algo.
“Pos se me quemó todo, mis cobijas, un colchoncito, mi ropa, todo, pero eso va y viene, los pinches dedos los traigo todos pegados por querer rescatar algo, pero no pude”, compartió.
Enojada, y tras varias mentadas de madre al aire, dirigidas al “Cholo”, la señora aseguró que prender fuego terminaría por resultar en un accidente, una tragedia en la que al menos esta vez nadie salió herido.
La afectada es una de tantas decenas de personas que viven en improvisadas “casitas” de plástico, cartón y colchas a la orilla de las vías que pasan por Luis Mora, o colocadas en las paredes que se ubican frente a la Casa INDI, donde tanto migrantes como indigentes pasan estas horas gélidas en el área metropolitana de Monterrey.
“Es que prenden fuego pa´l frío, tanto les decía que no prendieran hasta que me quemaron, prenden la lumbre, cerquita mi hule, se viene el aire y pues me quemaron, aquellos tienen todo completito, ahora sí, chíngome yo”, reflexionó.
La pareja que perdió todo el escaso patrimonio que tenía compartió a este medio, que acababan de salir de comer en la Casa INDI cuando al llegar a su “vivienda” se percataron que había un incendio, mismo que derivó que por momentos se percibiera una nube de humo negro, en días en que la ciudad vive con mala o pésima calidad del aire. A pesar de la pérdida, el esposo de doña Carmen destacó que lo más importante fue que a nadie le pasó nada.
“Nos quemaron, y pos nos dejaron sin ropa, sin nada, mi doña llegó primero y estaba aquí, qué bueno que no me quemaron a mi doña, alguien pudo salir herido, se pudo haber ´morido´ alguien”, mencionó.
Ante el escenario inesperado, la señora aseguró que no sabía cómo haría para pasar la noche, y los días siguientes en los que están pronosticadas temperaturas de hasta cero grados. “Pos voy a pedir una cobija, a ver cómo le hago pa'la noche, y pa' mañana, pos no alcancé a sacar nada”, puntualizó.
Rja