Hace ocho años el profesor Mario Ochoa salvó la vida de estudiantes en la escuela secundaría Otilio González, luego de que le cayera una techumbre tras una granizada que derribó la estructura metálica en una de las canchas.
Hoy las secuelas le quitaron parte de su movilidad y ahora requiere asegurar su atención médica y su próxima jubilación por lo que solicita atención del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sección quinta.
“Dentro de tres años me jubilo, y en el sindicato siempre ha habido esta ley que dice que las costumbres se vuelven leyes, entonces siempre hemos tenido la oportunidad los maestros de cuando nos enfermamos por algo, padecemos un accidente o algo, podemos ayudar a un hijo a entrar para que ese hijo nos ayude económicamente”, señaló el maestro.
Fue en septiembre del 2015 cuando 11 toneladas de granizo fueron contabilizadas en su retiro por cuerpos de Protección Civil, Bomberos y trabajadores de parques y jardines que limpiaron la calle Pedro Ampudia donde se localiza la escuela secundaria número 5, Otilio González.
Fue ahí en donde ocurrió el accidente del profesor y la muerte del estudiante Juan Manuel Morales Palacios, de 15 años, quien salvó la vida de sus compañeras de clase de tercer grado.
¿Por qué lo llaman héroe?
Durante la fuerte granizada, el maestro logró retirar a más de medio centenar de alumnos que se encontraban en riesgo en ese momento, sin embargo, él no logró salir ileso y desde entonces ha tenido secuelas derivadas de la fractura múltiple de cadera y de pierna, aseguró el maestro.
El maestro que se habría convertido en un héroe al salvar a sus alumnos de ser aplastados por la estructura, ahora se ve obligado a seguir trabajando, pese a su condición de salud, por lo que hace el llamado a que se le respete su derecho.
KM