La muerte de una adolescente internada en un centro de rehabilitación en Saltillo ha destapado una serie de irregularidades en el lugar y puesto en el centro de la investigación a una trabajadora, quien enfrenta cargos por homicidio calificado.
El pasado 30 de octubre, María Guadalupe “N”, de 16 años, falleció en el Hospital Universitario de Saltillo, donde fue ingresada después de un supuesto incidente en la casa de rescate “Puerto del Navegante”, ubicada en la colonia Josefa Ortiz de Domínguez, en Saltillo.
Según la Fiscalía General del Estado de Coahuila (FGE) la joven habría sufrido un episodio de crisis, que fue manejado de manera violenta por una de las empleadas del centro, identificada como Mireya “N”, originaria del Estado de México.
Durante su declaración, la acusada confesó haber atado a María Guadalupe de pies y manos y, con el argumento de calmarla, cubrió su rostro con una sábana. La necropsia confirmó que la causa de muerte fue asfixia mecánica por sofocación.
Los investigadores revisaron las grabaciones de seguridad del centro y detectaron que ciertos momentos críticos fueron eliminados, lo cual ha levantado sospechas sobre posibles intentos de ocultar el suceso.
Otra trabajadora, identificada como Martha “N”, afirmó que intentó auxiliar a la joven y notificó a una enfermera para su traslado, aunque al llegar al hospital, la menor ya no presentaba signos vitales.
La jueza a cargo del caso dictó prisión preventiva para Mireya “N”, quien fue trasladada al penal femenil de Saltillo.
La audiencia de vinculación a proceso está prevista para el 6 de noviembre, donde se determinará el rumbo legal de las acusaciones en su contra.
Las autoridades continúan la investigación, evaluando las condiciones del centro y las posibles responsabilidades adicionales.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Una joven de 16 años, identificada como Lupita Santos, falleció por asfixia mientras se encontraba en un centro de rehabilitación. La necropsia realizada confirmó esta causa de muerte, lo que ha llevado a las autoridades a iniciar una investigación sobre las circunstancias en que ocurrieron los hechos.
Según los primeros reportes, dos mujeres que se identificaron como enfermeras llevaron a la menor al Hospital Universitario alrededor de la 1 de la tarde, donde fue diagnosticada sin vida.
Las mujeres informaron al personal médico que Lupita presentaba problemas emocionales, frecuentes episodios de alucinaciones y convulsiones, que en ocasiones la volvían agresiva.
En uno de estos episodios, las dos mujeres intervinieron para atar a Lupita a una silla, alegando que la medida era para contenerla mientras se calmaba. Sin embargo, después de aproximadamente una hora sin escuchar ningún sonido, se acercaron para revisarla y la encontraron en el suelo, con un pulso muy débil. De inmediato la trasladaron al hospital, aunque al llegar ya no presentaba signos vitales.
La necropsia reveló que la joven falleció por asfixia. Este hallazgo ha llevado a los agentes de investigación de la Fiscalía a comenzar las diligencias correspondientes para esclarecer los hechos y determinar posibles responsabilidades.
El caso de Lupita Santos ha generado conmoción en la comunidad, al tratarse de una menor de edad y en medio de un escenario de presunta negligencia. La Fiscalía señaló que investigarán el proceder del centro de rehabilitación, así como la posible actuación irregular de las personas involucradas.
Este fallecimiento se suma a otros incidentes en los que personas pierden la vida en anexos, sin que hasta el momento haya consecuencias legales para los responsables.
JVS