Un llamado de emergencia en la madrugada del domingo activó los protocolos de auxilio y rescate en el municipio de Torreón, específicamente en la colonia El Roble. Según el reporte, un individuo presenció el hundimiento de un vehículo en el canal de riego, desencadenando una movilización inmediata de diversas corporaciones hacia la avenida Universidad, alrededor de las 3:00 de la mañana.
Entre las entidades movilizadas se encontraban los bomberos, protección civil, rescate urbano de la Cruz Roja, policías municipales y otras dependencias pertinentes.
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Su misión era doble: rescatar la unidad sumergida y verificar si había personas atrapadas en su interior, ya que el informante inicial desconocía si había alguien al volante.
Al llegar al sitio, los equipos de rescate se enfrentaron a la visión de un vehículo completamente sumergido en el agua, apenas visible por la defensa trasera en tono gris. Con rapidez y coordinación, se diseñó un plan para ingresar al agua y localizar el automóvil con mayor precisión. Dos valientes rescatistas se adentraron en el canal, arriesgando sus vidas para cumplir con su deber.
Dada la peligrosidad de la operación, se requirió la ayuda de dos grúas industriales para sacar el vehículo del agua. Una vez en el lugar, los rescatistas volvieron al agua y procedieron a enganchar el automóvil a las grúas.
Horas de arduo trabajo transcurrieron hasta que, finalmente, el vehículo pudo ser extraído del canal y colocado a un lado del camino. La incertidumbre sobre la presencia de ocupantes dentro del vehículo solo añadió tensión a la operación.
El vehículo en cuestión, un Volkswagen Jetta gris con placas del estado de Coahuila, fue recuperado sin encontrar a ninguna persona en su interior. Sin embargo, la identidad y el estado de salud del conductor, así como la posibilidad de que hubiera otros pasajeros, siguen siendo desconocidos hasta el momento.
¿Quién era el conductor del vehículo hundido en canal de riego de Torréon?
Finalmente, trascendió que el propietario del automóvil acudió para informar que su hijo era el conductor y que afortunadamente salió ileso antes de que se sumergiera el sedán al fondo de las aguas del canal de riego. Presumiblemente, la causa inicial del accidente fue un neumático reventado, aunque hasta el momento se desconoce cómo sucedieron los hechos que, afortunadamente, no terminaron en tragedia.
El incidente, aunque sin víctimas, sirve como recordatorio de los peligros que pueden surgir en las vías acuáticas, especialmente durante la noche.
La rápida respuesta y coordinación entre las distintas autoridades y equipos de rescate fueron fundamentales para evitar una tragedia mayor.
IML