El gobernador de Puebla descartó el uso de cañones o avionetas antigranizo por parte de empresas para evitar que llueva y consideró que las acusaciones por parte de productores del campo obedece más a un "mito", pues no se han detectado este tipo de herramientas en el estado.
Sergio Salomón Céspedes comentó que el gobierno estatal ha regulado el uso de los cañones antigranizo y llamó al gremio agrícola a no especular con su presencia, ya que la ausencia de lluvias por sequía o las fuertes granizadas en distintas partes de la entidad son consecuencias del cambio climático.
Lo anterior, luego de que el pasado lunes 10 de abril integrantes de la Coordinadora del Plan de Ayala bloqueó por varias horas la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, a la altura de Tehuacán, para exigir al gobierno estatal que las empresas dejen de utilizar cañones antigranizo para ahuyentar las lluvias, así como para solicitar programas sociales.
En ese sentido, la Secretaría de Gobernación anunció que a más tardar el martes 18 de abril sostendrá una reunión con pobladores de San Gabriel Chilac, Tlacotepec de Benito Juárez y Tepanco de López, adscritos a la Coordinadora, para escuchar sus demandas.
¿Qué son los cañones anti granizo?
Los cañones antigranizo surgieron por la hipótesis de que partículas de humo proyectadas por generadores de ondas ionizantes podrían servir de núcleo de condensación de nube para formar gotas pequeñas, de acuerdo con estudios del científico italiano Combicci, a finales del siglo XIX.
Los primeros cañones antigranizo usaban pólvora y nitroglicerina, pero en 1900 se sustituyó la pólvora por acetileno, un gas compuesto por Carbono e Hidrógeno, que es un poco más liviano que el aire y que genera una gran y estruendosa explosión que produce ondas que se creía que llegaban hasta las nubes.
A mediados de los años 1900 estos equipos se popularizaron entre los agricultores que creían que prevenían las lluvias acompañadas de granizo para así proteger su cosecha, pero de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) su efectividad no está científicamente comprobada.
De acuerdo con Fernando García García, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, pensar que los cañones antigranizo realmente sirvan para detener grandes precipitaciones es un mito, un acto de fe, e incluso hay investigadores de la comunidad científica que se oponen a que se sigan usando.
AGA