Una joven universitaria desapareció dos días por una supuesta amenaza disfrazada de juego, según lo reveló ella misma a través de sus redes sociales.
María Sosa, de 20 años relató en su perfil como fue que cayó en este "juego" generando la movilización de las autoridades de Coahuila y Guanajuato, pues a este último lugar fue a parar.
Explicó que el día lunes le dejaron en su domicilio una carta donde la extorsionaban y manipulaban, aprovechando que se encontraba vulnerable por su mal estado de ánimo."
Anexaron fotos de las personas más importantes en mi vida. Seguí tal cual las indicaciones porque no quería que les pasara algo a mi familia", detalla.
"El martes en la madrugada hice el pago de mi transporte y la reservación del hotel con la tarjeta de mi mama (teniendo la esperanza de que ella viera sus estados de cuenta y supiera hacia donde me dirigía, y la dirección del hotel)", agrega.
De acuerdo al relato, la joven arribo a la ciudad de Guanajuato a las ocho de la mañana del viernes y se trasladó en taxi hacia un hotel.
Asegura que tenía prohibido responder mensajes, llamadas o comunicarse con alguien.Comenta que estaba tan vulnerable que por ello fue víctima de este "juego", sin embargo no resistió mucho tiempo y se atrevió a realizar una transmisión en vivo desde su perfil en la red social para avisar donde se encontraba.
"Hay momentos en nuestras vidas donde estamos tan vulnerables que podemos caer fácilmente en cualquier situación a la que no cederíamos cuando estamos viviendo en paz con nosotros mismos", lamentó.
"Realmente quería gritarle al mundo que estaba bien fisicamente, que estaba viva y que necesitaba ayuda", agregó.
Luego de la transmisión fue contactada por un agente de la PGJE y enseguida pudo establecer comunicación con sus familiares pese al temor que aún la embargaba por la amenaza en la carta que recibió.
Las autoridades coahuilenses se coordinaron con las de aquel estado por lo que se trasladaron hasta el hotel para llevar a María a la Procuraduría General de Justicia de Guanajuato.
"En estos momentos mi familia viene por mí para reunirme con ellos. Espero en Dios que esta pesadilla ya haya terminado. Pensé que nunca me pasaría, que eso solo le pasaba a otra gente pero estaba muy equivocada", destacó.
"Todos somos humanos, todos sentimos, nadie estamos a salvo de las personas que nos quieren dañar y perjudicar", advirtió.Finalmente agradece a quienes se preocuparon por ella y pide no ser juzgada por haber hecho lo que se le pedía y pensar mejor, que de esa manera estaba protegiendo a sus seres queridos.