Seguro has odio hablar del piso o suelo pélvico, pero nunca le has prestado la atención necesaria, “el piso pélvico es un grupo de músculos y otros tejidos que forman una especie de cabestrillo o hamaca a través de la pelvis” conocerlo y estar informado sobre ello puede ayudarte a prevenir problemas como la incontinencia urinaria.
En la mujer el piso pélvico mantiene el útero, la vejiga, los intestinos y otros órganos pélvicos. Los problemas surgen cuando éste se debilita o se lastima por el embarazo, el parto, cirugías, obesidad y/o envejecimiento.
La kinesióloga Macarena Urizar, especialista en rehabilitación integral y de piso pélvico explica que “El piso pélvico sigue siendo un gran desconocido, muchas personas piensan que es algo de personas mayores o embarazadas, pero es mucho más. El piso pélvico tiene muchas funciones que afectan directamente nuestra calidad de vida como es la continencia de orina gases y fecas, el placer sexual, el traspaso de cargas y el sostén de los órganos intrapélvicos como son el recto, útero y vejiga en el caso de las mujeres”
Conocer la importancia de sus funciones nos ayudaría a detectar si algo está mal y sabríamos cuando algo nos molesta para poder solucionarlo a tiempo, pero cuidarla no lo es todo, ya que la mayoría desde pequeños tenemos la costumbre de ir a orinar antes de salir de casa, para evitar accidentes en el camino, pero esto es malo ya que “El ir al baño por si acaso es algo que todos hacemos en nuestra vida, especialmente las mujeres, pero ¿qué pasa cuando lo hacemos? Tu vejiga puede acostumbrarse a vaciarse de manera más frecuente, ya que le estamos ordenando que orine sin tener ganas de orinar realmente”, comentó Urizar.
Añadió que “nuestra vejiga tiene una capacidad funcional de 350 a 500 ml, cuando llega a su primer limite podemos determinar si queremos o no ir al baño; si no vamos, ésta se seguirá llenando hasta un segundo deseo miccional que es difícil de posponer ya que estamos casi en nuestro límite, ahí es donde vamos al baño”
Cada que vamos al baño sin tener la necesidad puede provocar que nuestra vejiga se vuelva mas sensible ya que no estamos en una capacidad funcional y provoca que orinamos poquitas cantidades en mayores idas al baño.
Otra de las cosas que hacemos y que afectan nuestro piso pélvico es sentarnos con las piernas cruzadas.
“Al cruzar las piernas hacemos que la posición de nuestra pelvis cambie, lo que puede hacer que algunos músculos se tensen y provoquen debilidad o dolor pélvico” añadió la kinesióloga.
Existen varias cosas que pueden afectar la función de esta pequeña musculatura y es importante dejar de normalizar ciertos problemas, porque, aunque son comunes no son normales, algunos ejemplos son los siguientes:
- Pujar o aguantar al orinar y defecar.
- Cortar el “chorrito de pipi”
- No sentarse en el WC para orinar
- Aguantar muchas horas
Existen varios ejercicios kinesiológicos cuando se tienen problemas con el piso pélvico, pero es importante conocerse, reconocer esta zona. Lo primero es aprender a tocar la pelvis que va desde la cintura hasta nuestro pubis, después la kinesióloga recomienda tomar un espejo y ver que hay en ella.
“Si tomamos un espejo y vemos que hay entre nuestras piernas encontraremos otro gran mundo que es nuestra vulva, la cual es diferente en cada mujer y esa es la entrada a nuestro piso pélvico… podemos hacer como que aguantamos un gas o la orina, o imaginar que es un ascensor que va subiendo. También podemos imaginar que queremos levantar una cereza muy suavemente o que queremos succionar una bombilla, o simplemente cerrar la vulva. Cualquiera de estas indicaciones hará que contraigas esta valiosa musculatura”.
Lo importante es dejar a un lado esos hábitos que creíamos eran buenos para nosotros y empezar a conocer nuestro piso pélvico para evitar un problema futuro.
MM