El apareamiento de la araña Philoponella prominens es una cuestión de vida o muerte para los machos de la especie –literalmente-, pues catapultarse a gran velocidad lejos de su pareja es la única esperanza que tienen de no ser devorados por su cita.
De acuerdo con los resultados de diversos investigadores publicados en la revista científica Current Biology, no es que los machos de este tipo de araña tejedora digan que se va por cigarros al acabar la cópula, sino que se catapultan a una velocidad de hasta 88.2 centímetros por segundo como una acción de supervivencia, pues de quedarse al merced de la hembra, esta se los come.
Los investigadores detallaron en su informe que el escape de los machos tras el apareamiento se puede llevar a cabo gracias a que los ejemplares logran impulsarse con el cuerpo de la hembra y extender una articulación tibia-metatarso que tienen en su primer par de patas, lugar en el que ejercen una presión hidráulica en una articulación de sus músculos extensores.
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No es un escape infalible
Los investigadores provenientes de China y Singapur realizaron 155 apareamientos entre este tipo de arañas, de los cuales en 152, el 97.4 por ciento, los machos lograron catapultarse y escapar de su pareja; sin embargo, los tres ejemplares que lo dieron todo en el acto y no pudieron retirarse a tiempo fueron capturados, asesinados y comidos.
Los machos requieren de su primer par de patas para lograr escapar de las hembras, pues son las únicas extremidades donde cuentan con la articulación que los deja catapultarse.
En algunos casos, los científicos le quitaron a los machos una o dos patas de su primer par y observaron que esos ejemplares no pasaban de segunda base en sus citas, pues únicamente cortejaban a las hembras, pero no las montaban para aparearse, al saberse indefensos contra ellas luego del “conflicto sexual”.
¿Qué hacen las arañas luego de escapar?
Los machos de la especie de araña tejedora caen nuevamente a las telarañas de su grupo comunal, lugar que les permite llegar nuevamente a la hembra, ya que se puede repetir el apareamiento en hasta seis veces entre los mismos dos ejemplares. Obviamente, en todos ellos el valiente saldrá volando lejos de su pareja luego de terminar.
“Esto crea el escenario para la coevolución antagónica, donde las hembras pueden permitirse altos niveles de canibalismo sexual sin poner en peligro sus oportunidades de apareamiento, y los machos desarrollan comportamientos, como la catapulta rápida en las líneas de seguridad, para contrarrestar los efectos del canibalismo sexual”, se lee en el informe.
KT