Seguro has escuchado muchos casos de asesinatos, pero éste te pondrá los pelos de punta. Era el año 2002 cuando Julio Castrillón mató a su amiga de 13 años Ana Nassar, y la enterró en el patio de su casa en la colonia San Jerónimo, en Monterrey, Nuevo León.
Crimen en la colonia San Jerónimo
Un 29 de enero, Ana se encontraba en la casa de Julio cuando repentinamente la atacó con unas mancuernas deportivas, para posteriormente realizarle heridas con un arma punzo cortante y arrancarle un dedo.
Luego de que éste ataque, la adolescente murió de manera instantánea.
Al entrar en pánico y tratar de ocultar el delito, Julio metió el cuerpo de la niña a una caja y la arrastró hasta el jardín de su casa en donde llamó a la empleada doméstica y le pidió que lo ayudara a limpiar la sangre. La mujer horrorizada no se pudo negar.
Cuando llegaron sus padres, la trabajadora doméstica corrió y asustada les dijo que su hijo había matado a una muchacha. Julio se los confirmó y sus papás vieron el cuerpo en el jardín.
Cómplices de asesinato
Castrillón la iba a enterrar, pero su papá, quien era diputado y su esposa, pensaron en el escándalo en que se verían envueltos y entre los tres enterraron a Anita.
Horas más tarde, una hermana de Anita fue a buscarla. Le dijeron que no estaba ahí y que nunca había ido, por lo que los padres de Ana, luego de buscarla con otras amigas, denunciaron ante la policía la desaparición.
Al otro día, como si nada hubiera ocurrido, Julio llegó a la prepa y les contó a sus compañeros que había matado a una chica, pero como era de esperarse no le creyeron.
Posteriormente, las autoridades llegaron con una orden de cateo al domicilio de Julio, en donde encontraron los restos de Ana. El político y su esposa, luego de varios meses de prisión, pagaron una fianza y salieron libres.
Durante las investigaciones se habló si Castrillón se encontraba bajo el influjo de alguna droga e incluso se decía que sus progenitores le habían ayudado a ocultar los hechos, pues su padre era militante del partido del PAN.
Julio permaneció seis años internado en el Consejo Estatal para Menores. Salió libre en el 2008. Dijo estar arrepentido de un pasado que lo hace vivir un desolador presente.
El asesinato de la menor de edad vive en la memoria de Monterrey, porque la ciudad no olvidará el crimen que el joven y sus padres enterraron, sin éxito, en el patio de su casa.
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