Ana, una usuaria de TikTok, publicó un video denunciando a la institución financiera Banorte por la desaparición de casi 100 mil pesos de su cuenta, con el fin de alertar y prevenir a otros clientes de este banco.
En su relato, Ana explica que hace aproximadamente mes y medio recibió una notificación de una transferencia de 50 pesos, que ella no había realizado. Minutos después, recibió otras dos notificaciones: una por 200 pesos y otra por 50 pesos más. En menos de 15 minutos, Ana ya había perdido 300 pesos, por lo que intentó comunicarse con el banco, temiendo que le hubieran clonado la tarjeta.
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Ana menciona que todo su dinero y todas sus tarjetas en Banorte
Sin embargo, la situación se complicó cuando, al intentar contactar al banco, la aplicación no le permitió hablar con ninguna persona. En lugar de ser atendida por un representante, Ana fue guiada por un chatbot. A pesar de su desesperación, no logró contactar a nadie que pudiera brindarle una solución.
Ana reconoce que uno de los errores que cometió fue tener todas sus tarjetas —tanto de débito, en la que guardaba todo su dinero, como de crédito— en un solo banco. Finalmente, después de varios intentos, logró hablar con un ejecutivo, quien comprendió la gravedad de la situación y la dirigió rápidamente al área correspondiente para que se le prestara atención.
El ejecutivo le indicó que la única opción era bloquear la aplicación. Para ese momento, las transferencias fraudulentas habían alcanzado montos de entre 8 mil y 20 mil pesos. El ejecutivo le sugirió a Ana que se dirigiera a una sucursal Banorte, para continuar con el proceso, con el fin de evitar transacciones no autorizadas.
Ana relata que tuvo que acudir durante tres días consecutivos a la sucursal, y que el trato que recibió por parte del personal fue muy poco profesional. A pesar de ser cliente preferente y de cumplir puntualmente con sus pagos, incluso un empleado le gritó. Además, el banco le hizo firmar un documento en el que aceptaba no presentar reclamaciones por transferencias de menos de 8 mil pesos, aunque las transferencias en su caso también fueron menores.
Finalmente, el dictamen del banco fue que el reclamo de Ana era improcedente. Ya muy frustrada, Ana volvió a contactar al banco para entender por qué su queja no había sido aceptada, considerando que la cantidad de dinero perdida no era insignificante. En una nueva llamada, personal de diferentes áreas del banco le informó que revisarían su caso, pero solo para decirle que no sabían qué había sucedido, sin ofrecerle ninguna disculpa ni una explicación clara.
Banorte incluso intentó culpar a Ana, sugiriendo que ella podría haber solicitado un préstamo o haber ingresado a un enlace de dudosa procedencia, lo que Ana negó rotundamente. Ante la falta de respuestas satisfactorias, Banorte finalmente le comunicó que no asumiría responsabilidad alguna por el dinero perdido.
Ana hace un llamado a no tener todo el dinero en un solo banco, y especialmente a no confiar en Banorte, dado su trato deficiente y la falta de respuestas ante situaciones de fraude.
D.G