El divorcio suele ser un proceso largo y cansado para los involucrados, pues tiene como objetivo dar término y disolución de un matrimonio, dejando a los conyugues en la capacidad de contraer otro sí así lo desea. En México es ya una acción contemplada por las leyes.
Sin embargo, al ser un trámite que se completa cada vez más en nuestro país, puede generarse la duda de cuándo fue la fecha en la que se convirtió en un proceso avalado por la ley.
Índices del divorcio aumentan en México cada año
Como lo mencionamos anteriormente, los índices del divorcio han aumentado año con año en México. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en los últimos años han aumentado gradualmente.
Por ejemplo, en 2011, hubo 16 divorcios por cada 100 matrimonios; en 2015, la cifra se elevó a más de 20 divorcios; en 2019, hubo 32 divorcios por cada 100 matrimonios.
El único año en el que la cifra no aumentó, respecto a los años anteriores, fue 2020, debido a la pandemia por covid-19, pues hubo apenas 28 por cada 100 matrimonios; sin embargo, en 2021 la separación de matrimonios subió a 33 por cada 100 matrimonios.
No obstante, estas cifras podrían no reflejar la realidad, pues Meslissa García, miembro de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que hay parejas que no se casan formalmente, pero, igualmente, se separan, dejando una estadística de la que no se tienen datos.
Historia del divorcio en México
Según el gobierno federal, en el caso de México, el divorcio se remonta a la época del virreinato, cuando se registraron los primeros casis de separación; sin embargo, esto no quería decir que fuera una anulación del matrimonio, pues sólo se imponían ciertas restricciones a los involucrados, incluyendo no contraer otra vez matrimonio hasta la muerte.
Cabe destacar que en dichas épocas y hasta el siglo XIX, el divorcio era responsabilidad de la Iglesia, cuyos obispos y arzobispos eran los únicos capacitados para autorizar la separación de un matrimonio, resultando en que fuera un proceso largo y que traía consigo diversas cláusulas impuestas por la religión.
No fue hasta la llegada de Benito Juárez a la presidencia que se separó a la Iglesia del gobierno mexicano. Esto llevó a que el divorcio fuera regulado por la Ley del Matrimonio Civil, que data del 23 de julio de 1859, donde se estipuló que el matrimonio podía ser disuelto por orden de un juez.
Sin embargo, en la práctica, para la Iglesia, el divorcio seguía siendo temporal y los implicados no podían volverse a casar mientras que su pareja siguiera con vida. Además, se estableció un número limitado de causas para validar el divorcio, entre ellas, el adulterio, la enfermedad grave o contagiosa y la violencia marital.
¿Cuándo se aprobó el divorcio en México?
Ante este escenario, los cambios más trascendentales en materia de divorcio se presentaron en 1915, cuando el entonces presidente de México, Venustiano Carranza, decretó una reforma a la fracción IX del artículo 23 de la Ley del Matrimonio Civil.
Con esto, Carranza decretó que el matrimonio era un contrato civil, que se ejercía por la ciudadanía de forma libre, por lo que era absurdo que se mantuviera cuando la voluntad de los conyugues desaparecía, lo que únicamente traía problemas, desgracias y estados irregulares en las familias mexicanas.
“El matrimonio podrá disolverse en cuanto al vínculo, ya sea por el mutuo y libre consentimiento de los cónyuges (…) Disuelto el matrimonio, los cónyuges pueden contraer una nueva unión legítima”, estableció Carranza en la ley que entró en vigor el 2 de enero de 1915.
KT