Durante el pasado fin de semana, la Feria Nacional Francisco Villa se convirtió en un tema de conversación en las redes sociales de los duranguenses. Todo comenzó cuando una usuaria de TikTok logró captar a una señora disfrutando de manera singular uno de los juegos mecánicos.
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El video en cuestión muestra a una persona de edad avanzada bailando sobre la atracción mecánica conocida como el Tagada. Esta atracción gira sobre su propio eje, permitiendo a los espectadores a su alrededor observar a un personaje disfrazado de La Monja bailando o interactuando con los usuarios que se encuentran sentados en la circunferencia de la plataforma mecánica. Sin embargo, en esta ocasión, la mujer en cuestión se robó el espectáculo al ritmo de "la mamá de la mamá de la mamá de la mamá", disfrutando de manera peculiar del ambiente en la zona.
El usuario ana..qb fue el responsable de difundir el video, el cual hasta el día de hoy cuenta con aproximadamente setenta y siete mil ochocientas reproducciones, cuatro mil quinientos siete me gusta, doscientos treinta guardados y veintiséis comentarios. Entre los comentarios se destacan frases como "Qué buen ritmo tiene la señora", "Quiero ser la señora para bailar con la monja" y "Mi mamá Lupe siempre vive al 100%, apenas llega a Durango y ya está causando sensación".
¿Qué dijeron los usuarios?
El material audiovisual se ha difundido en plataformas como Facebook, Twitter e Instagram, lo que ha generado un gran interés entre miles de usuarios por visitar las atracciones y juegos mecánicos de la Feria Nacional.
Esta divertida y espontánea escena ha logrado contagiar el entusiasmo por la feria, mostrando cómo las personas pueden disfrutar de los diferentes eventos y atracciones que se ofrecen. La Feria Nacional Francisco Villa se ha convertido en un lugar de diversión y entretenimiento para todos los duranguenses, reafirmando su importancia como un evento tradicional y esperado en la región.
Sin duda, este video ha dejado una huella en las redes sociales, demostrando una vez más cómo la diversión y la alegría pueden encontrarse en los lugares más inesperados.
EC