MÉXICO.- El Hospital de Medicina de la Universidad de West Virginia (WVU) realizó la primera cirugía cerebral para combatir la adicción a las drogas y reducir los problemas de ansiedad que generalmente causa la abstinencia prolongada por el consumo, principalmente de opioides.
La cirugía, denominada Deep Brain Simulation (DBS, estimulación cerebral profunda) fue realizada a principios de mes a Gerod Buckhalter, un hombre de 33 años, quien durante más de una década ha luchado contra el abuso de sustancias, con muchas recaídas y sobredosis.
Durante la operación, los médicos realizaron un pequeño agujero en el cráneo de Buckhalter para insertar un pequeño electrodo de un milímetro (mm) en el área específica del cerebro que regula los impulsos, como la adicción y el autocontrol, y una pequeña batería debajo de la clavícula.
MÉXICO.- El Hospital de Medicina de la Universidad de West Virginia (WVU) realizó la primera cirugía cerebral para combatir la adicción a las drogas y reducir los problemas de ansiedad que generalmente causa la abstinencia prolongada por el consumo, principalmente de opioides.
La cirugía, denominada Deep Brain Simulation (DBS, estimulación cerebral profunda) fue realizada a principios de mes a Gerod Buckhalter, un hombre de 33 años, quien durante más de una década ha luchado contra el abuso de sustancias, con muchas recaídas y sobredosis.
Durante la operación, los médicos realizaron un pequeño agujero en el cráneo de Buckhalter para insertar un pequeño electrodo de un milímetro (mm) en el área específica del cerebro que regula los impulsos, como la adicción y el autocontrol, y una pequeña batería debajo de la clavícula.
El implante cerebral se encargará de producir impulsos eléctricos que estimulan esas áreas del cerebro, de modo que sean capaces de mantenerlas equilibradas y de eliminar los problemas que generalmente sufre un paciente por la abstinencia prolongada a las drogas.
En una entrevista a la cadena británica BBC, el médico responsable de la cirugía, Ali Rezai, describió el dispositivo como un "marcapasos para el cerebro", capaz de permitir a psicólogos y expertos en adicciones controlar de forma remota la actividad cerebral de Buckhalter para ver si los “antojos” disminuyen.
La DBS ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para tratar una variedad de afecciones, incluida la enfermedad de Parkinson, la epilepsia y el trastorno obsesivo compulsivo, aunque esta es la primera vez que se aplica para un tratamiento de drogas.
"La adicción es compleja, hay una variedad de dinámicas sociales en juego y elementos genéticos y algunas personas tendrán una falta de acceso a los tratamientos, por lo que sus cerebros cambiarán lentamente y tendrán más antojos", destacó el especialista.
Este tratamiento, abundó, es para aquellos que han fallado en cualquier otro tratamiento, ya sea medicina, terapia conductual, intervenciones sociales. “Es un ensayo muy riguroso con la supervisión de especialistas en ética y reguladores y muchos otros órganos de gobierno".
El método, que será aplicado a otros tres pacientes en breve, tiene el objetivo de reducir los índices de muerte por sobredosis, que son la principal causa de fallecimiento en estadunidenses menores de 50 años adictos a diversos tipos de drogas, principalmente opioides.
"Más de la mitad de los pacientes recaen. Necesitamos encontrar soluciones porque es una situación que amenaza la vida y algo que afecta a la familia y a los seres queridos", indicó Rezai.
Destacó que la cirugía tiene riesgos inherentes, por lo que es solo para las personas con enfermedades crónicas que han fallado en todos los tratamientos y “no tienen esperanza".
Debe quedar claro que este método es altamente invasivo, por lo que solo debería ser un último recurso una vez todas las demás opciones hayan sido agotadas, dijo y agregó que en un futuro optar por esta opción podría ser la solución que muchos adictos y sus familiares han estado buscando una esperanza.
MÉXICO.- El Hospital de Medicina de la Universidad de West Virginia (WVU) realizó la primera cirugía cerebral para combatir la adicción a las drogas y reducir los problemas de ansiedad que generalmente causa la abstinencia prolongada por el consumo, principalmente de opioides.
La cirugía, denominada Deep Brain Simulation (DBS, estimulación cerebral profunda) fue realizada a principios de mes a Gerod Buckhalter, un hombre de 33 años, quien durante más de una década ha luchado contra el abuso de sustancias, con muchas recaídas y sobredosis.
Durante la operación, los médicos realizaron un pequeño agujero en el cráneo de Buckhalter para insertar un pequeño electrodo de un milímetro (mm) en el área específica del cerebro que regula los impulsos, como la adicción y el autocontrol, y una pequeña batería debajo de la clavícula.
El implante cerebral se encargará de producir impulsos eléctricos que estimulan esas áreas del cerebro, de modo que sean capaces de mantenerlas equilibradas y de eliminar los problemas que generalmente sufre un paciente por la abstinencia prolongada a las drogas.
En una entrevista a la cadena británica BBC, el médico responsable de la cirugía, Ali Rezai, describió el dispositivo como un "marcapasos para el cerebro", capaz de permitir a psicólogos y expertos en adicciones controlar de forma remota la actividad cerebral de Buckhalter para ver si los “antojos” disminuyen.
La DBS ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para tratar una variedad de afecciones, incluida la enfermedad de Parkinson, la epilepsia y el trastorno obsesivo compulsivo, aunque esta es la primera vez que se aplica para un tratamiento de drogas.
"La adicción es compleja, hay una variedad de dinámicas sociales en juego y elementos genéticos y algunas personas tendrán una falta de acceso a los tratamientos, por lo que sus cerebros cambiarán lentamente y tendrán más antojos", destacó el especialista.
Este tratamiento, abundó, es para aquellos que han fallado en cualquier otro tratamiento, ya sea medicina, terapia conductual, intervenciones sociales. “Es un ensayo muy riguroso con la supervisión de especialistas en ética y reguladores y muchos otros órganos de gobierno".
El método, que será aplicado a otros tres pacientes en breve, tiene el objetivo de reducir los índices de muerte por sobredosis, que son la principal causa de fallecimiento en estadunidenses menores de 50 años adictos a diversos tipos de drogas, principalmente opioides.
"Más de la mitad de los pacientes recaen. Necesitamos encontrar soluciones porque es una situación que amenaza la vida y algo que afecta a la familia y a los seres queridos", indicó Rezai.
Destacó que la cirugía tiene riesgos inherentes, por lo que es solo para las personas con enfermedades crónicas que han fallado en todos los tratamientos y “no tienen esperanza".
Debe quedar claro que este método es altamente invasivo, por lo que solo debería ser un último recurso una vez todas las demás opciones hayan sido agotadas, dijo y agregó que en un futuro optar por esta opción podría ser la solución que muchos adictos y sus familiares han estado buscando una esperanza.
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