Bastante actividad se ha registrado en el Sol los primeros días del mes de octubre, lo que ha alertado a la comunidad científica debido al impacto que esto puede significar para la Tierra.
Y es que hace apenas unos días, el Sol desató su llamarada solar más poderosa en casi una década, misma que ‘golpeará’ nuestro planeta Tierra y como consecuencia, los seres humanos podrán apreciar diversos cambios. En TELEDIARIO te decimos de qué se trata.
¿Qué está pasando con el Sol?
El pasado 1 de octubre, el Sol experimentó una poderosa llamarada la cual de nueva cuenta estalló dos días después, misma que ha sido la más fuerte hasta ahora en el ciclo solar y puede significar diversas afectaciones.
La erupción X7.1 generó una eyección de masa coronal, un campo magnético y una columna de plasma que de acuerdo a lo informado por los investigadores, viene con dirección a la Tierra, lo que implica un impacto bastante importante.
Dichas explosiones de plasma alertan a la comunidad científica debido a las tormentas geomagnéticas que pueden llegar al planeta, las cuales resultan con severas consecuencias como alteraciones en la red eléctrica.
¿Cómo afectará la llamarada solar a la Tierra?
Tal y como ocurrió en el mes de mayo, este domingo 6 de octubre, según lo previsto por los científicos, podrían registrarse auroras boreales en diversas partes del Planeta Tierra, lo que genera bastante interés pero también preocupación.
De acuerdo a lo informado en los últimos días, este fenómeno podrá observarse en áreas árticas pero existe la posibilidad de que se extienda a estados como Illinois y Oregón, Estados Unidos.
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Asimismo, entre las principales consecuencias de una tormenta solar en la Tierra están las fluctuaciones en el voltaje de las redes eléctricas e interrupciones en el sistema de GPS o de wifi.
El Centro de Predicción del Clima Espacial detalla que las intensas auroras boreales que podrán ser vistas este fin de semana ocurrirán debido a que se trata de una explosión solar de clase X7.1, una de las más fuertes registradas en las últimas tres décadas.
Otros efectos pueden ser similares a los de 1859, cuando se reportó el evento Carrington, una poderosa tormenta solar que ocasionó la interrupción de los sistemas de telégrafo en Europa y América del Norte.
No obstante, a diferencia de un eclipse, que no se puede mirar directamente por las personas, una aurora boreal no presenta este tipo de riesgos para la ciudadanía y pueden ser observadas con total libertad.
KM