Tras la explosión de una fábrica de chocolate en Pensilvania, Estados Unidos, una mujer creyó que moriría luego de que el fuego se expandió por todo el edificio mientras el suelo se derrumbó, sin embargo, cayó dentro de una tina de chocolate líquido, hecho que asegura que le salvó la vida.
El chocolate líquido logró incluso apagar las llamas que estaban en el brazo de Patricia Borges, quien de igual manera terminó con lesiones: se rompió la clavícula y ambos talones, por lo que pasó nueve horas pidiendo ayuda a gritos y esperando que la rescataran mientras los bomberos seguían combatiendo el incendio y los helicópteros volaban por encima de la fábrica RM Palmer Co.
“Cuando empecé a quemarme, pensé que era mi fin”, mencionó Borges, de 50 años, desde la cama del hospital en Pensilvania, a poca distancia de la fábrica de chocolate donde trabajaba.
Este accidente registrado el 24 de marzo mató a siete compañeros de trabajo de Borges y lesionó a 10 personas más. Se llevan a cabo investigaciones federales, estatales y locales. Pero no se ha determinado el motivo por el cual la fábrica explotó, pero la agencia federal de seguridad del transporte ha señalado que la causa pudo ser la explosión de gas natural.
De acuerdo a Borges, ella y otros compañeros se habían quejado de un olor a gas 30 minutos antes de la explosión. Ahora se encuentra enojada porque Palmer no evacuó inmediatamente a sus trabajadores, y dijo que la muerte de sus compañeros, incluida su amiga cercana, Judith Lopez-Moran, pudieron haberse evitado.
Además, otros empleados habían dicho que olía a gas natural, de acuerdo a sus familiares. Palmer es una empresa familiar de 75 años con grandes raíces en un pequeño pueblo a 60 millas al noroeste de Filadelfia, pero no ha respondido a las preguntas acerca de los reclamos de los trabajadores.
La mujer herida habló en español, con los ojos amoratados y el brazo derecho quemado y vendado, narró su experiencia en donde casi muere.
“Le pregunté a Dios por qué me estaba dando una muerte tan horrible (....) Le pedí que me salvara, que no quería morir en el fuego”, detalló Borges lo que dijo en aquel momento.
El agua de las mangueras de los bomberos comenzó a penetrar en la tina con chocolate, lo que finalmente obligó a Borges a salir cuando llegó al nivel de su cuello. Llegó al borde del tanque y saltó a un charco de agua.
Pero no fue hasta la noche que Borges vio una luz y volvió a gritar para pedir ayuda, ya que antes nadie la escuchó. Los perros de búsqueda y rescate alertaron a los guías de una sobreviviente de entre los escombros, por lo que la mujer fue finalmente salvada por los bomberos.
Cabe señalar que Borges es proveniente de Puebla, México, y hace 31 años llegó a Estados Unidos.
AA