Una mujer española se sometió a un experimento que consistió en quedarse 500 días al interior de una cueva de 70 metros de profundidad, un estudio supervisado por científicos y espeleólogos, el cual servirá para analizar el impacto del aislamiento social, posibles afectaciones neurológicas, cambios en el sueño y el ritmo circadiano.
Se trata de Beatriz Flamini, quien ha demostrado tener fortaleza al ser una “deportista extrema de élite”, que cuando estuvo bajo tierra en una cueva de Motril, Granada, en España, no tuvo contacto con el exterior, por lo que rompe los récords anteriores, incluso su estado de salud es bueno.
“A raíz de una invasión de moscas en la cueva. Fue un momento complicado por salubridad, me vi envuelta en moscas y era algo que no podría controlar, pero ya pasó”, mencionó la deportista.
Flamini explicó que intentó respetar el silencio que había en la cueva, que a pesar de la ausencia de sonidos, ella decía que su cerebro hacía que escuchara cosas, ya que tuvo espejismos auditivos, sin embargo, aseguró que no está arrepentida y lo volvería a hacer.
La deportista pasó su cumpleaños número 48 mientras estuvo en la cueva, pero mencionó que no sabía con exactitud cuántos días habían transcurrido, ya que explicó que la sensación bajo tierra es como si el tiempo estuviera pausado.
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“No quería salir, no tenía ningunas ganas de hacerlo. Estaba a gusto, la cueva fue muy amable conmigo”, dijo Flamini.
A pesar del aislamiento, Flamini confirmó que nunca habló consigo misma mientras estuvo en la cueva, y tampoco estuvo incómoda, ya que si tenía sed: bebía, y si tenía hambre: comía, es decir, actividades cotidianas como dormir y levantarse a leer.
“En lo que sí me ha afectado la cueva es en la memoria cercana. Y no me ha pasado nada. Los primeros chequeos no han detectado en mí ninguno de los problemas que podría tener”, dijo a deportista.
AA