Judas Iscariote fue uno de los discípulos de Jesucristo, a quien se le cuenta entre los Doce Apóstoles. A través de la historia, se conoce al apóstol Judas Iscariote como el hombre que traicionó a Jesús, entregándolo a los judíos para su crucifixión.
De acuerdo a lo relatado en las páginas de la Biblia, este hombre quien perteneció parte del círculo cercano de Jesús en vida, no llegó a recibir el título de santo por sus acciones consideradas como traición. Su nombre está relacionado a definiciones negativas, como la codicia, engaño y falsedad.
Judas fue pieza clave para que las autoridades judías encontrarán al mesías para ser asesinado.
¿Por qué Judas traicionó a Jesús?
El apóstol se presentó ante los máximos sacerdotes con el objetivo de preguntar cuánto dinero podría obtener si es que les revelaba la dirección exacta en la que se encontraba Jesucristo. Según lo que se especifica en el evangelio de Mateo, ellos le prometieron entregarle 30 monedas de plata. A lo que inmediatamente accedió buscando la oportunidad de entregarlo sin que sus compañeros lo descubrieran.
En la última cena, uno de los momentos más determinantes, los apóstoles se reunieron para escuchar las revelaciones que del mesías. Es así como anuncia que Judas lo iba a traicionar sin mencionar su nombre, pero no mostró algún tipo de odio hacia él.
Mientras los apóstoles cenaban, Judas Iscariote llegó en compañía de soldados hasta el lugar donde Cristo estaba rezando, para acercarse y le da un beso en la mejilla. Con el tiempo, este acto se convirtió en el máximo ejemplo de traición.
¿Cómo murió Judas?
Los relatos antiguos sostienen que este no pudo con la culpa e intentó devolver las monedas que recibió por entregar a Jesús. Sin embargo, se presentan dos versiones de lo que ocurrió con él después de la muerte del mesías.
La primera es que según el evangelio de Mateo, indica que cuando se enteró que Jesús fue condenado a muerte, el remordimiento no lo dejaba dormir, por lo que tomó la decisión de devolver lo recibido a los sacerdotes y jefes judías, ya que consideró que había caído en pecado. A ellos no les importó cómo se sentía e ignoraron su presencia. Al no poder revertir lo que hizo, se marchó y ahorcó poniendo fin a su vida.
Por otro lado, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos relata el punto de vista de Pedro. Haciendo mención a que con las monedas que le dieron por mencionar el paradero de Jesús, compró un campo, y en la soledad, “se tiró de cabeza, su cuerpo se reventó y se desparramaron sus entrañas” (Hch 1:18). El escenario de su suicidio fue conocido como Hakeldamá o campo de sangre.
MKHC