Muchas personas tienen el sueño de ir al espacio y poder ver lo que muy pocas personas en el mundo han sido capaces de ver. Ahora imagínate tener la oportunidad de viajar al espacio, pero exceder el límite de peso.
Esto le sucedió a Kyle Hippechen quien al recibir la noticia de que había sobrepasado el límite de peso, decidió regalar la oportunidad de viajar al espacio a su compañero de universidad.
“Duele demasiado. Estoy increíblemente decepcionado, pero es lo que es”, mencionó Kyle.
Durante su primera visita al Centro Espacial Kennedy de la NASA, después de haber perdido su oportunidad de viajar en un cohete, Kyle Hippchen de 43 años, capitán de la aerolínea regional de Delta, Endeavour Air, con sede en Florida, compartió su trágica historia.
Dentro de la historia, Kyle menciona cuando se dio cuenta que superó las restricciones de peso de Spacex de 113 kilogramos.
“Era su espectáculo y no quería distraerme demasiado de lo que estaban haciendo”, dijo Kyle, quien observó el lanzamiento desde un balcón VIP.
La persona que suplantó a Kyle en el vuelo espacial fue Chris Sembroski, de 42 años, un ingeniero de datos en Everett Washington. Ambos habían compartido habitación en la década de 1990 en la Universidad Aeronáutica EmbryRiddle.
Asimismo, ambos pertenecían a un grupo de defensa del espacio que viajaba a Washington para impulsar los viajes espaciales comerciales.
Ninguno de los dos se pudo resistir cuando el fundador y director ejecutivo de Shift4 Payments, Jared Isaacman, rifó un asiento en el vuelo que le compró a Elon Musk de SpaceX.
Kyle se llevó 600 dólares en entradas. Sembroski a punto de comenzar un nuevo trabajo pagó 50 dólares. Con 72 mil entradas en el sorteo al azar en febrero pasado ninguno pensó que ganaría y no se molestó en decírselo al otro.
Sin embargo, fue a principios de marzo que Kyle comenzó a recibir correos electrónicos, los cuales pedían información detallada sobre él. Lamentablemente, el ganador se dio cuenta que tenía que medir menos de 2 metros y pesar hasta 113 kilogramos. Kyle medía 1.80 metros y 150 kilos.
Al comenzar con los vuelos privados, SpaceX necesitaba comenzar a medir a sus primeros pasajeros para sus trajes de vuelo y asientos de cápsula hechos a medida como ingeniero espacial y piloto, Kyle sabía que el límite de peso era un problema de seguridad que afectaba a los asientos y no podía superarse.
“Estaba tratando de averiguar cómo podía bajar 80 libras en 6 meses, lo cual quiero decir es posible, pero no es lo más saludable que se pueda hacer en el mundo”.
El patrocinador del vuelo espacial permitió a Kyle elegir un suplente.
“La voluntad de Kyle de regalarle ese asiento a Chris fue un increíble acto de generosidad”, se mencionó.
A pesar de haber cedido su lugar, Kyle se unió a ellos en abril para ver cómo SpaceX lanzaba astronautas a la Estación Espacial Internacional para la NASA, el último vuelo con tripulación de la compañía antes del suyo.
Antes de subirse la cápsula espacial, Chris siguió la tradición y uso el teléfono en lo alto de la torre de lanzamiento para hacer su única llamada asignada. Llamó a Kyle y le dio las gracias una vez más.
“Estoy eternamente agradecido”.
A pesar de que Kyle no pudo ver la Tierra desde la órbita, sí pudo experimentar unos 10 minutos la ingravidez. Durante el vuelo de Chris se unió a amigos y familiares de la tripulación en un avión espacial de gravedad cero.
FSQ