Por el Día Internacional de las Mujeres, tres contingentes feministas salieron desde el Monumento a la Revolución, la Glorieta de las Mujeres que Luchan y la Torre del Caballito. Mientras caminaban en dirección a la plancha del Zócalo de la Ciudad de México cientos de pañuelos de colores verdes y morados inundaron el paisaje.
En el recorrido se escuchaba la consigna: "Y tiemblen, y tiemble, y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista", el animo de las manifestantes recorría sus rostros y sus sentimientos se veían a flote.
Posteriormente, entre Reforma y Juárez, los tres contingentes se encontraron para convertirse en una enorme manifestación. Desde ese punto a la Plaza de la Constitución, la distancia parecía corta, pero se alargo, debido al tumulto provocado por la gran ola morada de mujeres.
En ese momento eran las 16:00 horas y para cruzar del Antimonumento, una figura con el número 43 en homenaje a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, hasta el Cruce del Paseo de la Reforma con Avenida Bucareli transcurrieron 43 minutos.
No obstante, el tiempo parecía no pasar; en ese momentos las mujeres gritaban y cantaban consignas, se abrazaban y brincaban para de nuevo gritar y cantar. Parecía como si todas se conocieran, aunque en su mayoría eran completas desconocidas.
Algunas se presentaban y platicaban sobre que era la primera vez que marchaban en un 8 de marzo y otras aseguraban que sí habían tenido la experiencia, pero no en la Ciudad de México.
Eran estudiantes, medicas, sociólogas, maestras, amas de casa, hijas, madres, hermanas, abuelas y tías. La mayoría de la gente que pasaba a sus alrededores las observaban y grababan, algunos les aplaudían y otros no tanto.
Más adelante las mujeres utilizaron las vallas metálicas, que colocó el gobierno de la Ciudad de México para resguardar algunos edificios, como lienzo; ahí escribían sus exigencias, también pintaban figuras representativas del movimiento feminista y pegaban panfletos en donde se podía observar los rostros de sus acosadores.
Minutos después, algunos contingentes pasaron por el Metrobús Hidalgo, ahí un grupo de personas, quizá el famoso bloque negro, irrumpía un semáforo. La tensión se podía sentir, pues el ruido prescindía cada vez con más fuerza, mientras que otras manifestantes se aproximaban a ver que sucedía.
Luego, los contingentes se fueron alejando, hasta llegar a la Alameda Central. Una mujer comenzó a gritar nombres de mujeres desaparecidas; las demás como un pase de lista, contestaban “presente”, y cuando terminó otra consigna prosiguió: "¡por qué vivas se las llevaron, vivas las queremos!".
A las 17:52 estos contingentes pasaron por avenida 5 de Mayo, los edificios que encallejonaron el lugar redujo el espacio de la manifestación, aspecto que provocó que el eco de los gritos se escuchara con mayor fuerza.
Cuando los contingentes llegaron a la Plaza de la Constitución, encontraron una plancha repleta de mujeres, algunas sentadas compartían alimentos, mientras platicaban sus vivencias y el porque se consideraban feministas.
También había mujeres con micrófonos en las manos, ellas hablaban ante las manifestantes sobre sus desaparecidas, además le exigían justicia al gobierno de la Ciudad de México.
APC