Una elefante que fue apodada como la más triste del mundo, murió a los 49 años luego de haber pasado casi 50 años solo, en el zoológico de Manila, en Filipinas.
Se trata de Vishwamaali, mejor conocida por los lugareños como Mali, falleció de insuficiencia cardiaca congestiva el 28 de noviembre, después de que pasó más de 40 años en un recinto sucio.
Las fotografías tomadas horas antes de morir, muestran a Mali utilizando lo último de su energía para saludar a los niños y sus padres que la visitaron en el zoológico de Manila el 27 de noviembre.
Mali era la única gigante de Filipinas, ya que llegó a los tres años desde Sri Lanka en 1977 como regalo de Imelda Marcos, la famosa esposa amante de los zapatos del difundo dictador Ferdinand Marcos.
La elefanta asiática pasó la mayor parte de su vida sin compañía y fue calificada como una de la “más tristes del mundo” por la ONG Personas por el Trato Ético de los Animales.
“Me entristece la noticia de que nuestra amada Vishwamaali, más conocida como Mali, falleció en el zoológico de Manila a las 15:45 horas de hoy 28 de noviembre”, dijo la alcaldesa de Manila, Honey Lacuna.
El cuerpo de Mali fue llevado a una necropsia para encontrar más detalles sobre su muerte. Las autoridades mencionaron que además de insuficiencia cardiaca, también sufría de cáncer y circulación sanguínea restringida. Además, su útero tenía depósitos de pus.
“Entre los animales ha algo que llamamos síntomas asintomáticos, en los que podría haber estado experimentando una enfermedad que no pudimos ver. Los animales no son como las personas que pueden hablar o que se les pregunte sobre su condición”, explicó el zoológico.
En los últimos años ha habido llamados para la liberación de Mali y su envío a un santuario de vida silvestre en Tailandia, pero las apelaciones fueron rechazadas, incluida una campaña en 2012 apoyada por el cantante británico Morrissey.
Isko Moreno Domagoso, el entonces alcalde de Manila, dijo en 2021 que “puede que no sea ideal traerla de vuelta a la naturaleza porque creció en ese entorno. Tal vez sea más dañino transportarla. Le daremos los mejores servicios”.
“Debido a la indiferencia y la codicia, la elefante Mali murió de la misma manera que había vivido durante casi 50 años: sola en un corral de concreto en el zoológico de Manila (…) Mali todavía era una bebé lactante cuando la sacaron de su casa en Sri Lanka, donde estaba aprendiendo a nadar, a pelear con sus primos y a encontrar su propia comida”, dijo Domagoso.
AA