Una historia poco común se dio en Colombia en la que se involucra un perrito con su dueña, y la lealtad que los canes tienen con el ser humano.
Se trata del caso de Miriam Bedoya de 68 años, misma que había caído en estado de coma, pues se encontraba en un estado crítico debido a que sufrió un accidente cerebro vascular, misma que permanecía en el hospital Universitario de Bogotá.
¿Qué pasó con el perrito y su dueña?
Luego de estar internada, los familiares decidieron que el perrito llamado Dino que tenía varios años con ella la visitara, pues ambos eran inseparables, por lo que decidieron que solicitaron el permiso al hospital y a los médicos para que el can visitara a la mujer en coma.
Sin embargo, lo que sucedió después dejó asombrados a los médicos y familiares pues los primeros habían dado un panorama poco alentador en cuanto a la salud de Miriam.
Cuando el perrito entró al cuarto donde estaba su dueña en coma, a pesar de estar inmóvil, el can saltó hacia donde estaba acostada y logró interactuar con la mujer, incluso la lamió y estuvo un rato con ella.
Luego de esto, en un acto de lealtad, Dino lamió cerca de los aparatos que mantenían con vida a la mujer, y fue en ese momento donde el suceso ocurrió y Miriam logró despertar del coma de forma casi milagrosa.
Los médicos y familiares quedaron sorprendidos ante la reacción de la mujer que ya estaba en un coma y con pocas posibilidades de salir de éste, pero el amor incondicional del perrito logró lo inesperado.
Luego de esto la mujer sigue bajo algunos cuidados, pues fue un hecho que pocas veces sucede.
¿Qué le pasó después al perrito?
Luego de este hecho considerado como un milagro, el perrito al llegar del hospital después de que su dueña despertara comenzó a deteriorar su salud, al punto en el que poco a poco se iba debilitando, ya que era un can viejo, con 13 años.
Finalmente la familia informó que el perrito murió 52 días después de que estuviera presente cuando su dueña salió del coma.
Los familiares piensan que el perrito llegó hasta el hospital a dar su vida por la de su dueña, en una muestra de amor y lealtad que los perritos saben dar.
MQ