Desde 2015, uno de los principales atractivos del Festival de Goodwood, que se festeja cada año en Londres es un Fiat S76, también conocido como ‘La Bestia de Turín’.
Este es un modelo que se creó en 1910 y solo se construyeron dos unidades, sin embargo, una de ellas fue restaurada para poder ser un auto de exhibición. Cuando el auto pasa en calles del festival, el público debe apartarse un poco debido a las llamaradas que lanza y pequeñas explosiones que va produciendo.
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Una característica de este modelo es que usa combustible sintético, por lo que las explosiones no son tan contaminantes como lo puede parecer.
El ruidoso motor de ‘La Bestia de Turín’, que se puede escuchar a cientos de metros de distancia, fue concebido originalmente con un propulsor de cuatro cilindros y 2.8 de cilindrada con el sistema de escape que sale director del motor y que provoca fogonazos sobre el lado izquierdo de capot, esta bestia fue hecha para quebrar récords de velocidad.
Este motor le aseguraba al auto 290 caballos de fuerza a 1.900 rpm para lograr su propósito; además estaba refrigerado por agua, tenía transmisión por cadena, suspensión de eje rígido con resortes delante y detrás una caja manual de cuatro velocidades con marcha atrás.
Todas estas características hicieron que el modelo tuviera un inmenso tamaño y un gran peso de mil 650 kilos, pues está condicionado por su gigantesco motor.
Solo existieron dos Fiat S76 en el mundo
Solo se construyeron dos “Bestias de Turín” en el mundo, pero después de la Primera Guerra Mundial uno de esos fue desmantelado y el otro enviado a Australia donde lo modificaron y chocaron, sin embargo, las piezas fueron guardadas por coleccionistas.
En 2003, Duncan Pittaway, un coleccionista compró el vehículo y encontró el motor del otro auto desmantelado, así que decidió intentar revivir el modelo. Aún e faltaban tres partes importantes: la caja de cambios, la carrocería y el radiador; pero el hombre encontró los planos originales y las fotos tomadas en la época.
Así fue como pudo reconstruir el ejemplar lo más fiel posible al original, el cual presento en el Festival en 2015, desde entonces es una de las atracciones principales.
Rompió récords de velocidad
En esos años, el récord de velocidad lo tenía Blitzen Benz con 212 kilómetros por hora, así que, para entrar en la competencia, la compañía Fiat comenzó a diseñar a la bestia.
Los primeros pilotos que lo manejaron se negaron a seguir acelerando el auto pues lo describían como incontrolable, hasta 1913 donde lo llevaron a Bélgica, ahí un piloto norteamericano llamado Arthur Duray lo llevó a una velocidad de 213 kilómetros por hora.