El primer ministro ultranacionalista Benjamin Netanyahu y un dirigente opositor israelí anunciaron la formación de un "gobierno de emergencia" hasta el fin de la guerra con Hamás,
Mismo grupo que volvió a lanzar cohetes contra Israel mientras la artillería del Estado hebreo machacaba Gaza.
"Después de una reunión [...] celebrada hoy, ambos acordaron establecer un gobierno de emergencia y un gabinete de guerra", indica un comunicado sobre la reunión mantenida entre Netanyahu y el centrista exministro de Defensa Benny Gantz.
El gobierno de coalición de Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, controla 64 de los 120 escaños del Parlamento. Con la incorporación del Partido de Unidad Nacional de Gantz, llegará a 76 escaños.
El principal líder opositor, Yair Lapid, no forma parte de la alianza, aunque el comunicado precisó que tiene "reservado" un puesto en el gabinete de guerra.
Este anuncio se produce cinco días después de la ofensiva lanzada contra Israel por Hamás desde la Franja de Gaza, gobernada desde 2007 por el movimiento islamista palestino.
El ataque por tierra, mar y aire dejó más de mil 200 muertos del lado israelí, entre ellos 169 soldados, según el Ejército, así como cientos de civiles masacrados por los islamistas en cooperativas agrícolas y en un festival musical.
Decenas de personas figuran además como desaparecidas o como rehenes de Hamás.
Israel respondió bombardeando la Franja de Gaza, pero también movilizó a 300 mil reservistas y desplegó a decenas de miles de soldados en torno al enclave y en la frontera norte con Líbano, donde este miércoles volvió a cruzar fuego con el movimiento proiraní Hezbolá, aliado de Hamás.
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En Gaza, al menos mil 55 personas murieron y 5 mil 184 resultaron heridas en los bombardeos israelíes hasta el momento, según las autoridades locales.
Netanyahu prometió "aplastar" a Hamás y afirmó que cualquier miembro del movimiento islamista palestino podía considerarse un "hombre muerto".
Israel bombardea la Franja de Gaza y mantiene el asedio a la región tras cortarle el suminstro de agua, electricidad y comida. Más de 2,3 millones de palestinos viven en penosas condiciones en este territorio de 360 km2.
Según el Ejército hebreo, varios objetivos del movimiento islamista fueron alcanzados en los bombardeos. Hamás indicó en cambio que los ataques afectaron a viviendas, fábricas, mezquitas y tiendas.
"Estamos atrapados, no sabemos dónde ir y no podemos quedarnos porque nuestro piso está cubierto de cristales rotos y de metralla", dijo Mohammed Mazen, un gazatí de 38 años padre de tres niños.
La ministra de Inteligencia israelí, Gila Gamliel, declaró en una entrevista con AFP que el gobierno estaba determinado a "erradicar" a Hamás, para que "nadie en el mundo tenga siquiera la idea de usar lo ocurrido [en Israel] como un modelo" para planificar futuros atentados.
El grupo islamista amenazó con ejecutar a los rehenes en caso de que se prosigan los bombardeos de Gaza sin previo aviso. Entre los cautivos hay jóvenes secuestrados cuando participaban en un festival musical el sábado por la mañana, donde unas 250 personas fueron masacradas, según una oenegé israelí.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, negocia con Hamás la liberación de los rehenes, informó una fuente oficial turca a AFP.
La ofensiva de Hamás tomó a Israel por sorpresa aunque, según el congresista estadounidense Michael McCaul, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Egipto alertó a los israelíes "tres días" antes del ataque.
Israel anunció que había recuperado el control de su frontera con la Franja, tras días de combates con los islamistas. Unos 1.500 cadáveres de combatientes de Hamás fueron hallados en la zona, señaló.
JB